La mayoría opositora en la Asamblea Nacional declaró que Maduro incurrió en abandono de sus funciones constitucionales como presidente, y lo consideró responsable de una “grave ruptura del orden constitucional” y de una “devastación de las bases económicas y sociales” de Venezuela. El órgano legislativo agregó: “La única forma de resolver los graves problemas que aquejan al país es devolver el poder al pueblo de Venezuela y, por lo tanto, convocar a la celebración de elecciones libres y plurales”, en las que “sea el pueblo el que se exprese a través del voto”.

Antes de la votación, el nuevo presidente de la Asamblea Nacional, Julio Borges, explicó en una entrevista con el canal Globovisión que se discutiría el “abandono del cargo”, porque aunque el presidente no dejó el país, en opinión de los opositores, sí desatendió la salud, la alimentación y la seguridad de los ciudadanos, así como las fronteras y la moneda local.

Sin embargo, también antes de la resolución del Poder Legislativo, el Tribunal Supremo de Justicia se pronunció en un comunicado en el que aseguró que la Asamblea Nacional no tiene facultades para destituir al presidente. Para emitir esa declaración, el Poder Judicial se basó en una sentencia publicada el 15 de noviembre en la que ordenó a los legisladores que se abstengan “de continuar el procedimiento de declaratoria de ‘responsabilidad política’ contra el presidente de la República” y de dictar “cualquier tipo de acto que se encuentre al margen de sus atribuciones constitucionales”, como “instigaciones” contra autoridades y poderes públicos.

Borges pidió rápidamente que no se preste atención a las decisiones del tribunal. “En Venezuela no hay justicia [...] no contemos con el Tribunal Supremo de Justicia, todos los derechos que les hemos dado a los venezolanos, todo lo ha destruido”, dijo el titular del Parlamento en declaraciones al canal Capitolio TV.

Por otra parte, Borges, que fue investido el jueves, afirmó que desde su posición luchará para que Venezuela tenga elecciones anticipadas este año y aseguró que existen “las vías constitucionales” para hacerlo. En su opinión, sólo por medio del voto el país saldrá de la crisis económica caracterizada por una inflación de más de 180% y la escasez de alimentos y medicamentos.

Para prevenir

Un día antes, el domingo, el presidente venezolano anunció durante el programa de televisión semanal En contacto con Maduro que hoy asumiría sus funciones un “comando antigolpe” para “derrotar y acabar definitivamente todos los vestigios del golpe de Estado oligárquico y de derecha”. Agregó que este “comando especial por la paz y la soberanía” se dedicará “las 24 horas del día a tomar las medidas preventivas, legales y correctivas contra todos los sectores golpistas y terroristas a nivel interno”. El presidente explicó que este organismo será “antitraición” y se encargará de detectar los planes golpistas que se tramen “a nivel político, económico y a todo nivel” para darle “estabilidad” al país.

Para eso se crearán subcomandos en los 24 estados de Venezuela con participación de las Fuerzas Armadas, la Policía, el gobierno “y todas las fuerzas patrióticas y revolucionarias del país”, detalló el mandatario. También dijo que si bien el comando central dependerá de él, estará encabezado por Tareck el Aissami, a quien designó como vicepresidente el miércoles, y estará integrado por varias autoridades militares y policiales. Entre quienes conforman la dirección, aparecen el diputado Diosdado Cabello, considerado el número dos del chavismo; el ministro de Defensa, Vladimir Padrino López; el ministro del Interior, Néstor Reverol; y Gustavo González López, jefe del Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional.

Con la designación del nuevo vicepresidente, Maduro se cubre las espaldas para el caso de que prospere otra iniciativa de apartarlo del cargo, el referéndum revocatorio de su mandato, que la oposición impulsa desde hace meses. En caso de que se convoque el referéndum y en esa consulta Maduro pierda su cargo, le correspondería a El Aissami culminar el período presidencial hasta 2019.

El nuevo vicepresidente es un abogado y criminólogo de 42 años, ex ministro del Interior, que hasta el jueves fue gobernador del estado de Aragua. Se desempeñó en varios cargos públicos en los últimos 11 años -también fue diputado y viceministro de Seguridad Ciudadana- y se describe a sí mismo como un “chavista radical”. Antes de ser fichado por el propio Hugo Chávez, el ahora vicepresidente fue un líder estudiantil de izquierda en la escuela de Derecho de la Universidad de los Andes y formó parte de la dirección nacional de la juventud del partido Movimiento V República. Este fue el partido que llevó a Chávez a la presidencia en 1998.

El Aissami, que tuvo un ascenso vertiginoso en la jerarquía del oficialismo, es considerado uno de los chavistas más polémicos. Para notarlo, basta con leer sus publicaciones en Twitter, en las que ha insultado de forma reiterada a opositores y periodistas que lo critican. En octubre, le dijo en Twitter al líder opositor Henrique Capriles: “Para ir a Miraflores [la sede del gobierno] no se necesita gente, sino bolas, que es lo que tú no tienes, corrupto e incapaz”.

Capriles lo llamó entonces narcotraficante, haciendo referencia a las acusaciones que ha recibido el dirigente. Una de de ellas fue la confesión que en su momento hizo a las autoridades el narco venezolano Walid Makled: declaró que El Aissami, cuando se desempeñaba como viceministro del Interior, facilitaba el traspaso de sus cargamentos de cocaína por medio de puertos venezolanos. En mayo de 2015 el diario estadounidense The Wall Street Journal señaló a El Aissami como uno de los seis funcionarios del gobierno venezolano investigados por fiscales de Miami y Nueva York por sospechas de narcotráfico y lavado de dinero.

El jueves, cuando asumió el cargo, Maduro le pidió “trabajar por la seguridad del pueblo, la paz, la lucha por depurar las policías regionales y nacionales, la lucha contra los terroristas de la extrema derecha”. Al rato, Capriles criticó en las redes sociales que se le encomiende esa tarea a El Aissami: “Una de las razones por las que lo nombraron vicepresidente es porque había sido muy exitoso en materia de seguridad. ¿Dónde? Si el estado más violento de Venezuela es el estado Aragua”, dijo el opositor basándose en datos publicados la semana pasada por el Observatorio Venezolano de la Violencia. Y un elemento más: durante su gestión al frente de la seguridad del país fueron asesinadas más de 70.000 personas.

En todo caso, en menos de una semana, El Aissami se convirtió en el número dos de Maduro y también en la cabeza del comando antigolpe. No estaba claro ayer cómo actuará ante un pronunciamiento como el que hizo ayer la Asamblea Nacional.