Una meta de la Dinara para este período de gobierno fue dar a conocer, instalar y hacer funcionar los Consejos Locales de Pesca Artesanal, espacios dedicados a los diversos aspectos de la actividad pesquera, que van desde la producción y la comercialización hasta las condiciones de vida de los trabajadores del sector, y conformados por dos representantes de los pescadores, uno de la Prefectura -que es la autoridad marítima y la que da los certificados de navegabilidad y de propiedad de las embarcaciones-, otro de la intendencia y del municipio con competencia -para dar cuenta de la información a nivel territorial-, y un representante de la Dinara.

“Muchas veces el problema de los pescadores es cómo hacer para que les llegue la luz, el agua potable, saber de quién es determinado terreno para comprarlo en cuotitas y cambiar los cartones y las latas por bloques”, explicó Gilardoni a la diaria. La Dinara aspira a establecer un marco de buen manejo pesquero en el que la investigación y la evaluación del recurso se hagan de manera participativa con los pescadores, para que “confíen en lo que hacen el organismo nacional y los técnicos”, sostuvo, ya que “es más fácil que cumplan con lo que ellos mismos recomiendan que con lo que sale de una oficina en Montevideo”. “En grandes perspectivas, se trata de un ideal de descentralización, porque estamos llevando el trabajo que se hace acá al lugar donde están los pescadores”, agregó.

Los consejos funcionan en La Coronilla y la Barra del Chuy; en la Ciudad de la Costa, con un grupo de pescadores instalado entre el arroyo Pando y el arroyo Solís Chico; en San José; en Andresito en Flores; en San Gregorio de Polanco y Rincón del Bonete, que funcionan juntos; y en Salto, Piriápolis y Punta del Este.

La Dinara pretende poner en funcionamiento próximamente el de Paysandú, y luego avanzar “al norte de la represa de Salto Grande, donde hay tres comunidades pesqueras con mucha tradición (Villa Constitución, Belén y Bella Unión)”, hacia la Laguna Merín, el oeste de Montevideo y La Paloma.

Cortocircuitos normativos

Otra de las metas de la Dinara para este quinquenio fue la de llegar a un acuerdo con las intendencias para regular la inocuidad en el mercado interno, donde hay “algunos cortocircuitos normativos”, explicó Gilardoni. La idea partió del entendido de que “un país que quiere exportar y acceder a los mercados externos abiertos debe trabajar en el mismo sentido en el mercado interno, dando no los mismos estándares, porque a veces en los países compradores tienen mucho que ver con trabas, pero sí las mismas garantías de inocuidad”, afirmó. Según dijo, “el tema pesca y pescado no es bien conocido”, por lo que “hay muchas intendencias que piensan que la inspección es toda de la Dinara”.

Por estas razones se hizo en primer lugar un planteo a la IM -que piensa extenderse a otras comunas- para tratar el tema y “llegar a un acuerdo” que determine y separe las responsabilidades de la Dinara, que regula la habilitación mayorista, y de la intendencia, que otorga las habilitaciones a comercios minoristas de venta de pescado y mariscos.

Además de “dejar en claro” la normativa, el acuerdo apunta a cooperar en la formación de inspectores y en la capacitación de los establecimientos de venta. También se busca crear un sello de calidad certificatorio de la pesca artesanal, que la Dinara y las intendencias entregarán para distinguir a los que “cumplan con la normativa y tengan buenas prácticas”, con el objetivo, entre otros, de “combatir la informalidad”, explicó Gilardoni.

El director sostuvo que el acuerdo con la IM está próximo a cerrarse y que la meta es llegar a otras tres intendencias en el resto del período. “Si pudiera elegir, serían un par de la costa del Río de la Plata-Océano Atlántico, como Canelones y Maldonado, y alguna otra en el interior, para tener una experiencia en los departamentos centrales o del litoral, pero no está definido, porque depende de la voluntad y capacidad de esas intendencias”, afirmó.

Por otro lado, la Dinara también se propone para este año aumentar las acciones de difusión de la actividad pesquera, entregando a 12.000 niños en edad escolar una publicación que instruye sobre la importancia de cuidar el recurso pesquero y detalla la actividad social y económica que implica, además de enfatizar los beneficios de consumir pescado. El material ya cuenta con el aval del Consejo de Educación Inicial y Primaria y de la Dinara.