Las Fuerzas de Operaciones Especiales de Estados Unidos “intensifican una guerra sombría en Somalia”, titulaba en octubre del año pasado The New York Times. Al comienzo del artículo se recuerda la batalla de Mogadiscio, en el país africano, hace alrededor de 24 años. Allí fue la elite estadounidense a capturar líderes de una milicia somalí, pero las cosas se complicaron tras la difusión de crudas imágenes de los soldados de Estados Unidos muertos en combate.

“¿Por qué estamos interviniendo Somalia?”, se preguntaba el entones presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, luego de que todos vieran las imágenes.

En 2006, según informa este lunes la revista digital The Intercept, 1% de los comandos en tierra, agua y aire de estas fuerzas especiales de Estados Unidos estaban distribuidos en África. En 2016, la cifra trepó a 17,26%. Después de Medio Oriente y alrededores, el continente africano es el segundo gran espacio de despliegue militar estadounidense.

Estas fuerzas militares entrenadas para ingresar en entornos “políticamente sensibles” están actualmente en 33 países africanos. Como en Sudán, donde Estados Unidos considera que es uno de los países que patrocinan el terrorismo.