Trump dijo el martes en Twitter que “General Motors está enviando el modelo Chevy Cruze, hecho en México, a los concesionarios de Estados Unidos sin tarifas”. Y agregó: “¡Háganlo en Estados Unidos o paguen una tasa más alta en la frontera!”. General Motors no tardó ni una hora en responder, y en un breve comunicado aclaró que todos los autos de ese modelo que se vendieron en 2016 fueron ensamblados en una planta que se encuentra en Ohio. La empresa aclaró que los que se producen en México son los Cruze de cinco puertas, destinados a “los mercados globales”, y que sólo se vende en Estados Unidos en un “pequeño número” de esos autos. La industria automotriz busca abaratar costos estableciendo parte de la producción en países con mano de obra más barata, como México.

El tuit del futuro presidente estadounidense no habría sonado tan agresivo si hubiera sido el primero de ese tipo. Pero en setiembre, en plena campaña electoral, Trump ya había amenazado a Ford con imponer unos aranceles aduaneros de 35% para los vehículos producidos en México e importados en Estados Unidos si la compañía mantenía sus planes de construir una planta en el estado mexicano de San Luis de Potosí. Trump criticó en ese entonces una decisión que, en su opinión, supondría el despido de trabajadores en Estados Unidos, y agregó que si llegaba a la Casa Blanca lo impediría.

Su advertencia a General Motors pudo haber reflotado los temores de Ford, que el mismo martes anunció que cancelaba la construcción de la planta en San Luis de Potosí. Esa filial iba a estar destinada a la producción del nuevo modelo de Ford Focus y suponía una inversión de 1.600 millones de dólares. El presidente de Ford, Mark Fields, dijo en una conferencia de prensa que la decisión se tomó “de forma independiente” y que, si bien constituye un “voto de confianza” en Trump, se debe a una caída en la demanda de autos pequeños en Estados Unidos. A pesar de la cancelación de la construcción de esa planta, Ford dijo en un comunicado que el modelo Focus no se producirá en suelo estadounidense sino en la planta de montaje de la ciudad mexicana de Hermosillo, “para mejorar la rentabilidad de la compañía”. No está claro si Trump planea imponer aranceles aduaneros a esos autos.

En contrapartida, Fields anunció una inversión de 700 millones de dólares en la fábrica estadounidense de Flat Rock, en Michigan. El directivo de Ford agregó que junto a esa inversión se crearán 700 nuevos empleos. Trump celebró la medida en Twitter: “Gracias a Ford por cancelar una nueva planta en México y crear 700 nuevos empleos en Estados Unidos. Este es el inicio, viene mucho más”. Por su parte, el gobierno de México lamentó la decisión de Ford y dijo que está seguro de que la compañía reembolsará todos los costos asociados al proyecto.

En tanto, los presidentes de Toyota, Honda y Mazda dijeron ayer que no tienen planes de reducir su producción de autos en México y que prefieren esperar a que Trump asuma la presidencia para decidir si implementarán cambios. “Consideraremos nuestras opciones cuando veamos qué políticas adoptará el nuevo presidente”, dijo el jefe de Toyota, Akio Toyoda, durante un evento en Tokio. En el mismo encuentro, el presidente de Honda, Takahiro Hachigo, dijo que su empresa produce autos en México “para mercados que incluyen a Estados Unidos y Europa” y que “no tienen planes inmediatos de cambiar” esto. En cuanto a Mazda, su consejero delegado, Masamichi Kogai, dijo que la compañía “quiere” que la planta en México “sea una base estratégica extremadamente importante”.

Las declaraciones hicieron efecto en Trump, que ayer volvió a repartir amenazas en Twitter, esta vez para Toyota. “Toyota dijo que construirá una nueva planta en Baja, México, para construir los autos Corolla para Estados Unidos. ¡De ninguna manera! Construyan la planta en Estados Unidos si no quieren pagar un gran impuesto en la frontera”, escribió. La estrategia exportadora de los fabricantes con presencia en México se ve amenazada por la promesa de Trump de renegociar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (conocido como NAFTA), firmado entre Estados Unidos, México y Canadá para la eliminación de aranceles.