No hay que alarmarse, pero hay que estar atento. Si vas a ir a Brasil, el Ministerio de Salud (MS) está recomendando que te vacunes contra la fiebre amarilla. Sobre todo si vas a regiones centrales; las zonas más turísticas de la costa hasta el momento se consideran seguras. La región más crítica es Minas Gerais. Según informó la Secretaría Estadual de Salud del estado, hasta ayer lunes fueron notificadas 47 muertes cuya causa se sospecha que es esa enfermedad, y son 152 los casos sospechosos de fiebre amarilla silvestre, en 26 municipios. Los casos se registran en zonas rurales o selváticas, y fueron transmitidos por los mosquitos Haemagogus o Sabethes, que son característicos de estas zonas y hasta el momento no han sido detectados en Uruguay. Actualmente, Brasil solamente tiene registros de fiebre amarilla silvestre. Los últimos casos de fiebre amarilla urbana transmitida por el Aedes aegypti fueron registrados en 1942, en el estado de Acre. Pero el mosquito transmisor del dengue también transmite la dolencia. En diálogo con la diaria, el director general de Salud, Jorge Quian, dijo que “para los uruguayos esto no tiene que ser problema”, ya que “con la vacuna se termina el problema”.

Todos no

El tema, dice Quian, es que “la vacuna no se la puede dar todo el mundo”. Para niños de entre seis y ocho meses, “sólo podría valorarse” la administración durante una epidemia, “en situaciones de muy alto riesgo” y “con el aval del pediatra tratante”. Las embarazadas, según el director, no pueden recibirla. Según el comunicado publicado ayer por el MS, “si bien no se ha demostrado un aumento de eventos adversos durante el embarazo o en recién nacidos luego de administrada la vacuna, no se cuenta con estudios específicos”. Tampoco deberían ser vacunadas las mujeres en lactancia natural, ya que podrían transmitir la cepa de la vacuna por medio de la leche materna al lactante. No está recomendada, asimismo, para personas que reciban medicación inmunosupresora o que tengan enfermedades que alteran las defensas, como el VIH. En el caso de personas mayores de 60 años, el “envejecimiento fisiológico del sistema inmune” puede “incrementar la incidencia de efectos adversos potencialmente graves”. En estos casos, sólo se aplicará la vacuna si existe “un riesgo considerable de contraer la infección”, y presentando un certificado médico. Las personas que no corran riesgos y que piensan viajar se tienen que vacunar por lo menos diez días antes, para dar tiempo a que la vacuna haga su efecto y se desarrollen los anticuerpos. Según el MS, “la vacuna es segura” y la “inmunidad protectora se prolonga para toda la vida”, por lo que no requiere dosis de refuerzo. Se da en el vacunatorio del MS en el puerto de Montevideo o en los vacunatorios dependientes de la Comisión Honoraria para la Lucha Antituberculosa y Enfermedades Prevalentes (CHLA-EP) en las ciudades de Rivera y Salto. El certificado tiene un costo de 0,61 UR, unos 570 pesos.

Desde Blanes

Según Quian, el MS está preocupado y atento a lo que pueda pasar, pero por ahora no cree que Uruguay vaya a tener problemas sanitarios graves. El riesgo mayor está en que alguien con fiebre amarilla ingrese al país: “Ese sería el riesgo más inminente de que la enfermedad llegue a Uruguay, que venga algún viajero que la esté incubando y no tenga muchos síntomas, y que se encuentre acá con un mosquito Aedes aegypti, que lo pique y la transmita”. El MS pidió al Ministerio de Salud de Brasil más información, para saber si hay otras zonas donde se hayan registrado casos. Luego de recibir la información, evaluará pedir que se vacunen quienes lleguen desde las zonas consideradas inseguras. Según dijo Quian, estas son reglamentaciones internacionales que se pueden seguir frente a situaciones de epidemia. El director de Salud explica, con pretensiones didácticas, que “el último caso que hubo de fiebre amarilla en nuestro país fue cercano al cuadro de Blanes”, en referencia al cuadro del artista uruguayo Un episodio de la fiebre amarilla en Buenos Aires, pintado en 1871. Según Quian, “la mayor prueba que tuvimos fue el cólera, que llegó a toda América Latina menos a Uruguay”: “Hay condiciones que están dadas en esos países que no están dadas en el nuestro, como las zonas selváticas y húmedas. Además, Uruguay es un país con condiciones sanitarias muchísimo más adecuadas que países como Brasil, Colombia, Perú y Argentina”.

La verdadera preocupación

Quian dice que a Uruguay lo favorece, entre otras cosas, el invierno, porque desaparecen los mosquitos, pero también dice que “las condiciones de vida en Uruguay son absolutamente distintas a las de nuestros hermanos del continente”. Agrega: “La pobreza que hay en algunas zonas de Brasil es una cosa alarmante, y son millones de pobres. La desigualdad es mucho mayor que acá. Eso no significa que acá no haya desigualdad, pero ni se compara con la miseria que existe en otros países”. Otra aspecto a favor es “el agua potable y saneamiento en casi todo el país”. Sin embargo, las alertas están prendidas. El caso del zika es diferente, dice Quian; “respecto de eso sí estamos muy preocupados”, porque con el movimiento de turistas que llegan, y los que salimos, “lo más probable es que tengamos casos”. Está el mosquito, solamente falta el virus. Ante esto, según el jerarca, “la única que tenemos es combatir el mosquito”. Hacía una hora que le habían traído dos frascos del Cementerio del Buceo llenos de larvas de Aedes aegypti. “Si la gran mayoría se concientiza, disminuye la densidad de mosquito, la cantidad por habitante, y eso está comprobado que disminuye las enfermedades”, dice Quian. Todos tenemos recipientes con agua donde se pueden desarrollar las larvas, y ahí empieza nuestra responsabilidad.

Hoy como ayer

Hoy, un equipo del Programa de Entrenamiento en Epidemiología Aplicada a los Servicios del Sistema Único de Salud (EpiSUS) llega al estado de Minas Gerais (MG) para colaborar con la investigación de los casos. Este programa forma especialistas en investigación de brotes y epidemias desde el año 2000. Actualmente, las investigaciones en el terreno están siendo conducidas por el MS el gobierno de MG y los municipios involucrados. El gobernador de Minas Gerais, Fernando Pimentel, anunció el viernes 13 que liberará una partida de 26 millones de reales, algo más de ocho millones de dólares, para combatir la enfermedad en el estado. Según datos del Ministerio de Salud de Brasil, en 2015 fueron registrados nueve casos de fiebre amarilla silvestre en todo Brasil: seis en Goiás, uno en Pará, y uno en Mato Grosso del Sur, y cinco terminaron en muertes. En 2016, fueron confirmados seis casos de la enfermedad; tres en Goiás, dos en San Pablo, y uno en Amazonas. Cinco finalizaron con muerte. La Secretaría de Salud de Espírito Santo va a vacunar en 26 municipios próximos a MG, aunque todavía no hay casos confirmados. Hay dos casos sospechosos, pero todavía no se considera a Espírito Santo zona de riesgo.