Es la época. El calor y el gran flujo de turistas han puesto a las autoridades del Ministerio de Salud (MS) en “alerta máxima”. Según confirmó ayer a El País la subsecretaria del MS, Cristina Lustemberg, se comprobó el primer caso de fiebre chikungunya en Uruguay. Se trata de un caso “importado”, es decir, que fue traído desde afuera, y no que lo transmitió un mosquito dentro de fronteras. Hasta ahora el virus no está circulando en Uruguay. Pero la situación es igual de riesgosa. Lustemberg explicó a la diaria que el caso proviene de Brasil y lo trajo un uruguayo tras sus vacaciones, que “evolucionó favorablemente” y está “fuera de cualquier peligro”.

El año pasado se registraron cinco casos similares. En 1997 reapareció en Uruguay el mosquito Aedes aegypti, que transmite tanto el dengue como la chikungunya y el zika, y desde ese momento se hace un seguimiento a los pacientes que puedan tener los síntomas o hayan vuelto de un viaje. Según Lustemberg, el MS está “poniendo en conocimiento de la población la situación epidemiológica en la que estamos, que es de máxima alerta”.

La incidencia de estas enfermedades ha crecido “de forma exponencial, y hoy en Uruguay tenemos las condiciones que favorecen el crecimiento del mosquito, por lo que la situación es muy preocupante”. El ministerio pide que los uruguayos que vayan a Brasil tengan precauciones al volver, ya que durante las dos o tres semanas siguientes es posible que tengan el virus sin síntomas. Entonces se exhorta a utilizar repelente con mayor asiduidad y a estar atentos. Las autoridades recuerdan que “el mosquito crece en nuestros domicilios, y el que me enferma puede ser el que crié”. Lustemberg dice que “hay que evitar que aparezcan casos de dengue autóctono, y lo que tiene más impacto es tener el hábito de revisar cada dos o tres días los lugares donde se puede acumular agua”.

En 2016 se produjo el primer brote de dengue autóctono, que fue controlado. Ese mismo año, se registraron 1.800 pacientes con sospecha clínica, y sólo a 20 le diagnositicaron dengue. La fiebre amarilla sigue siendo una preocupación para quienes vayan al centro de Brasil, pero ahora la mayor cantidad de viajeros van hacia las costas. Dice Lustemberg: “Las posibilidades de que un uruguayo que vaya a la costa se enferme de fiebre amarilla son bajísimas, pero son muy altas para dengue, zika y chikungunya”.