Sabido es que, tras leer “El acercamiento a Almotásim” en el apartado final del libro de ensayos Historia de la eternidad, Adolfo Bioy Casares encargó a una librería inglesa una copia de la novela ahí reseñada -The approach to Al-Mu'tasim, del abogado indio Mir Bahadur Alí- sin percatarse de que ese texto y su autor eran, como su creador Jorge Luis Borges haría evidente luego, ficticios. ¿Qué pasa hoy cuando en una novela aparece una serie de entradas que imitan el estilo y la composición de Wikipedia?

La idea de la impresión de la enciclopedia más grande de la historia está muy presente, a la vez en proyectos artísticos como Print Wikipedia, de Michael Mandiberg, y en protocolos como la Terminal Event Management Policy, que prescribe el accionar de los editores en caso de un cataclismo, y el escritor y guionista argentino Juan Manuel Candal juega en su última novela tanto con esas posibilidades como con la idea planteada por Borges hace más de 80 años.

Por eso uno, como Bioy, busca en Google, casi siempre infructuosamente, bandas de rock y escritores, novelas y cadenas de restaurantes. Pocas veces encuentra algo (un artículo en inglés, por ejemplo); la mayoría, no. Algo que estaba en discusión en la falsa reseña de Borges se pone nuevamente en cuestión cuando la realidad de las cosas pierde su volumen, y uno de los aciertos de Candal es poner en evidencia las estrategias mediante las cuales se intenta lograr la verosimilitud, tanto en el discurso literario como en el seudocientífico. Con ese fin salpica felizmente su texto de estadísticas que parecen dar consistencia a las ideas o “bajar a tierra” conceptos que no son más que elementos retóricos.

Tras un estudio del estilo TED de conferencias, Candal ideó un personaje muy reconocible: una suerte de gurú que aúna con impactante talento el lenguaje cientificoide, términos del mundo empresarial y conceptos de la new age más reblandecida, que funciona como el sustento espiritual del capitalismo tardío. El protagonista (un chanta, para ser más claros), sin embargo, está construido con una precisión y una pasión que lo salvan de ser un mero estereotipo, con facetas que sostienen su existencia más que la aglomeración de citas, anécdotas y datitos de los que está construido su discurso (un discurso que Candal maneja con soltura admirable).

De alguna forma, entonces, #RGB es la biografía de un hijo de nuestros tiempos, y la mayor apuesta de Candal es la de construir esa biografía con los materiales, las formas y las herramientas de estos tiempos (en una experimentación por momentos cercana a la que el filósofo iraní Reza Negarestani llevó a su extremo con la Cyclonopedia, de 2008). Así, la novela se mueve en función de los tres colores del título (rojo, verde y azul en sus iniciales en inglés), modelo del color que rige, por ejemplo, los sistemas de video y computadoras. En estos medios, el tratamiento de los colores por separado da a la imagen lo que se percibe como una mayor calidad o fidelidad, y esa idea es la que determina el ordenamiento de la novela, que se divide en cuatro secciones (los tres colores y la “suma” de ellos: el blanco), y que sólo en esa división, parece decir Candal, logra una reproducción “fiel” de la imagen final, hecha entonces de una superposición de versiones que no establecen una jerarquía (en principio, nada es más “real” que nada). Para mostrar esa idea de originalidad, de copia y de adulteración, basta el ejemplo de los falsos artículos de Wikipedia (los maravillosos sobre Freud y el Führer, por ejemplo), que hablan de cosas alternativamente reales o ficticias con el mismo tono enciclopédico y con igual profusión de referencias y citas, simulando una solidez que sabemos artificial.

Sin embargo, a Candal no le basta con presentarnos un mundo complejo, que se va formando por medio de conferencias, entrevistas, una narración casi de diario íntimo que alterna tiempos y las mencionadas entradas, sino que además se explaya (en primera persona o mediante personajes) en explicaciones de ese mundo, explicaciones que de algún modo lo empobrecen. Al final, el libro viene acompañado (como tantas ediciones “para coleccionistas” de algunas películas y según una política de la editorial) con material extra, que en este caso incluye imágenes del proceso creativo del autor, explicaciones contextuales y capítulos no incluidos en la versión final.

En una parte de esa miscelánea, Candal se refiere a la adición posterior de la sección titulada “#blanco”: según el autor, aliviaría un final “anticlimático”, que de otro modo sería la entrada a la falsa Wikipedia (genial, por otro lado) con la que concluye “#azul”. El problema, acaso, es con respecto a qué ese final sería “anticlimático”, si a “la literatura” o a esta obra particular, porque de hecho, y en tanto es un procedimiento utilizado al final de cada una de las secciones, es perfectamente orgánico con respecto a #RGB. En una novela tan cuidadosamente construida, con algunos pasajes tan contundentes, ¿qué es lo que falla entonces? Vista a la luz de la sección final y del “material extra”, donde se combina contenido sugestivo con otro menos pertinente, tal vez el problema es que Candal no aprendió la lección de su poeta de invención, Dim Gerrison.

Según las palabras del protagonista, ese irlandés habría decidido no escribir un momento crucial de uno de sus poemas épicos, dejándolo a la imaginación del lector. Candal, que quita de #RGB una escena sobre la que a menudo se vuelve, pero la agrega al final, en la sección miscelánea, pone en riesgo una novela por lo demás interesantísima con su necesidad de contarlo todo. Dicho esto, lo cierto es que ninguno de sus sinsabores menoscaba esta obra decididamente original en su imaginación desbordada, ingeniosa y llena de felices descubrimientos.

#RGB

De Juan Manuel Candal. Décima Editora, Buenos Aires, 2016. 378 páginas.