No han terminado las repercusiones del caso del director de cine iraní Asghar Farhadi, cuya obra El viajante es candidata al Oscar para la mejor película extranjera, pero que no asistirá a la ceremonia de premiación, el 26 de este mes, debido a la orden ejecutiva de Donald Trump que prohibió el ingreso a Estados Unidos a los ciudadanos de siete países con predominio de población musulmana (Irak, Irán, Libia, Siria, Somalia, Sudán y Yemen). A fines del mes pasado, un grupo de personalidades destacadas del cine británico, que incluyó a las actrices Julie Christie y Keira Knightley, y a los directores Kevin Macdonald y Terry Gilliam, lanzó la iniciativa de proyectar El viajante en una pantalla gigante frente a la embajada de Estados Unidos en Londres, en forma simultánea a la entrega de los Oscar, para protestar contra la política migratoria de Trump y expresar solidaridad con Farhadi, al tiempo que difundirían su película.

La propuesta se dio a conocer mediante una carta abierta a la que adhirieron otras personalidades del mundo cinematográfico. “Como comunidad de actores, productores y directores, hemos elegido mostrar nuestra solidaridad con Asghar Farhadi, como artista en el medio cinematográfico y como iraní, una de las siete nacionalidades mayoritariamente musulmanas que Trump ha decidido prohibir en Estados Unidos, al igual que a la gente más desesperada del planeta: los refugiados”, explicó Mark Donne, uno de los promotores de la medida.

Aquella idea no tuvo andamiento, probablemente porque implicaba un enfrentamiento directo con los representantes diplomáticos estadounidenses que las autoridades británicas no desean, pero surgió una alternativa para que la proyección de El viajante se realice en el momento previsto, en un espacio público y sin que sea posible que pase inadvertida. El alcalde de Londres, Sadiq Khan, integrante del Partido Laborista, descendiente de paquistaníes y musulmán, ofreció como escenario para la exhibición gratuita del film nada menos que la emblemática plaza Trafalgar, donde estará junto a figuras de cine como el director Mike Leigh.

Farhadi comentó que asigna un gran valor simbólico a esa proyección, como “demostración de unidad contra la división y la separación de las personas”, y que agradece esa “invalorable muestra de solidaridad”.

Homo trumpus

Tampoco el danés Lars von Trier logra escapar del fenómeno Trump. O quizá, por su especialización en la oscuras fascinaciones, es el director de cine ideal para realizar una obra relacionada con ese controvertido político, que suscita profundos rechazos pero del que muchísima gente no puede dejar de hablar todos los días. En todo caso, se anunció que Von Trier prepara una película que se llamará The House That Jack Built (en alusión a una antigua canción infantil inglesa), sobre un asesino en serie, que será protagonizada por Matt Dillon y está, según el cineasta, inspirada “directamente” por el actual presidente de Estados Unidos o, como él prefiere decir, el Homo trumpus.

Según publicó el diario británico The Guardian, la película escolta -durante 12 años- a un tipo “muy inteligente”, para registrar su transformación en homicida recurrente. Así es como The House That Jack Built reivindica “la idea de que la vida es malvada y desalmada, algo que está tristemente probado tras el reciente triunfo del Homo trumpus, el rey de las ratas”, apuntó el director, quien confirmó que comenzará a filmar en Suecia el mes que viene, y se trasladará en mayo a Copenhague. El estreno está previsto para 2018 y, además de Dillon, en el reparto estarán el suizo Bruno Ganz (actor fetiche de Wim Wenders, muy conocido por su Adolf Hitler en La caída -2004-, y su protagónico en La eternidad y un día -1998-), Riley Keough (Mad Max: Furia en el camino, 2015) y Sofie Grabol (protagonista de la serie de televisión The Killing).

Hace tres días, Von Trier publicó, para promocionar su nuevo proyecto, una enigmática foto, en la que aparece vestido con un viejo traje gris, cargando una guadaña y tocando una campana. Para él, es una “imagen evocadora con una referencia cinematográfica”, al parecer a la película de horror Vampyr (1932), de su coterráneo Carl Theodor Dreyer.