El ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, se reunió ayer con su par argentina, Susana Malcorra, para tratar, entre otros temas, el dragado del canal Martín García. El encuentro fue histórico, ya que hacía 20 años que los cancilleres no se reunían en la isla Martín García; de hecho, fue la primera vez que Nin Novoa visitó el lugar y fue la primera vez que Malcorra estuvo allí en calidad de ministra.

Felipe Michelini, vicepresidente de la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP), confirmó a la diaria la realización de un llamado internacional para la licitación de la obra de dragado a 34 pies en suelos blandos y a 38 en suelos duros. La empresa tendrá un plazo de cinco años, con la posibilidad de una prórroga de cinco años más. La licitación se lanzará los primeros días de abril y, si se cumplen los plazos previstos, la adjudicataria va a comenzar las obras en enero de 2018. “La empresa que ganó el llamado de precios el año pasado [Boskalis] entregará el canal en junio a diseño. Hace muchos años que el canal no está en esas condiciones”, es decir, a 32 pies, expresó Michelini, que calificó la reunión de “altamente exitosa y muy satisfactoria”.

“Hoy el canal está recibiendo unos diez millones de dólares por el cobro de peaje. Si se garantiza más pies de profundidad, se supone que va a haber más tránsito y más peaje. El costo de la obra es de unos 15 millones de dólares por año, pero [...] si las cosas se hacen bien, el canal se va a autosustentar con el pago del peaje”, aseguró.

La agenda también incluyó el lanzamiento de iniciativas comunes para convertir la isla en un polo de atracción turística, por eso estuvieron presentes las autoridades ministeriales de Turismo de Argentina (Gustavo Santos) y de Uruguay (Liliam Kechichián). Se confirmó que en los próximos meses se va a terminar de demarcar el límite entre la isla Martín García (Argentina) y la isla Timoteo Domínguez (Uruguay), única frontera seca entre los dos países, ya que con los años las islas se unieron por el efecto de un proceso aluvional.

También se acordó la búsqueda de una solución, “satisfactoria para ambas partes”, para la ampliación de la traza de acceso al Puerto de Montevideo que entra en agua de jurisdicción común. “Es fundamental buscar una solución amigable con Argentina, porque se pierden muchos años en la discusión. [...] Pensamos que este va a ser un año de concreción”, aseguró Michelini. Ayer también se colocó una placa para conmemorar los 40 años de la creación de la CARP.

En declaraciones previas al encuentro, el canciller uruguayo dijo que se trató de una instancia simbólica. Nin sostuvo que es una obra añorada y postergada. “Hicimos una licitación en 2016, que vence en julio de 2017. A partir de ahí vamos a hacer un proceso de licitación transparente y público”, valoró. No es casual que el jerarca califique este nuevo paso de “transparente”. Cabe recordar que durante los mandatos de Cristina Fernández y José Mujica la relación entre los países se tensó, primero por UPM (ex Botnia) y después por el dragado de los puertos y canales.

Una historia larga y compleja

En 2010, después de que la Corte Internacional de Justicia en La Haya (CIJ) fallara sobre la instalación de la planta de celulosa de Botnia y los gobiernos acordaran el monitoreo ambiental conjunto, las relaciones entre los países parecieron enfriarse, pero ante un permiso para el aumento de la producción de la planta concedido por Mujica en 2013, Fernández prohibió el transbordo en puertos uruguayos de las mercancías que salían de Argentina. La medida ameritó la protesta uruguaya ante el Mercosur, pero el reclamo no logró que Argentina diera marcha atrás. En junio de 2014, el Ejecutivo autorizó otro aumento en la producción, y el gobierno argentino no tardó en tirar más leña al fuego al anunciar la apertura de un nuevo canal en el Río de la Plata, 50 kilómetros al sur del Puerto de Montevideo. Argentina argumentó que en 2006 Uruguay lo había aprobado, pero Mujica lo negó. Ante la competencia, Uruguay aprobó nuevas obras de dragado en el puerto capitalino.

Así se llegó a la situación actual: además de esas obras, Uruguay anunció el dragado en el canal Martín García. Un tiempo antes, los gobiernos se habían puesto de acuerdo en realizar obras, pero, debido a irregularidades, el canal se mantuvo igual o peor, ya que varios barcos quedaron encallados. En marzo de 2015 se llamó a una nueva licitación para el dragado. El último paso había sido en setiembre de 2016, cuando una delegación uruguaya en la CARP (organismo conformado por representantes de Uruguay y Argentina) informó que ese mes se firmaría el contrato con la empresa holandesa Boskalis, adjudicataria de las obras de recuperación y mantenimiento del canal, para asegurar su profundidad a 32 pies (9,75 metros). El trabajo insumió una inversión de 14 millones de dólares.