La Asamblea por el Agua del Río Santa Lucía constató el 10 de febrero que la fábrica de grasa Mantex, ubicada en la ciudad de Santa Lucía (Canelones), estaba vertiendo efluentes directamente en la Cañada de las Negras, 950 metros antes de su desembocadura en el río Santa Lucía. Los integrantes de la Asamblea registraron con fotos y videos aquel vertido de color blanco y espeso, y extrajeron muestras que enviaron a analizar a un laboratorio; los valores de aceites y grasas, sólidos suspendidos totales, amoníaco y fósforo superaban, por lejos, lo permitido. Esa misma noche, mientras corroboraban lo que ocurría, un concejal de Santa Lucía le avisó a Leonardo Herou, director de Gestión Ambiental de la Intendencia de Canelones (IC). Los vecinos habían denunciado a esta empresa en 2007 por daño ambiental ante la IC. Desde entonces, el expediente se movía cada tanto de una unidad a otra de la IC, pero estaba estancado desde 2013; el siguiente movimiento se dio cuatro años después, el lunes 13 de febrero, día en que funcionarios de la IC y de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) concurrieron a la fábrica, a raíz de la denuncia de los vecinos. Según dijo Herou el domingo a este medio, la IC, la Dinama y OSE están coordinando las resoluciones a tomar.

Alejandro Nario, director de la Dinama, informó a la diaria que aquel lunes tomaron muestras de lo que la fábrica vertía en el colector. No sacaron muestras de la cañada porque llovía mucho aquella mañana y los desechos de tres días atrás ya no estaban. Nario explicó que el vertido directo a la cañada estaba totalmente fuera de la norma, pero aclaró que se trataba “de una cuestión intermitente” porque los desechos de la fábrica suelen ir al sistema de saneamiento “pero se ve que hay situaciones en las cuales el sistema no da y tiene una descarga hacia la cañada”, acotó. Aun así, la fábrica estaba en infracción. “Los informes de laboratorio constataron que hay una superación de los límites establecidos”, afirmó Nario. Esa será la multa por afectación del ambiente. La otra sanción es la administrativa, porque la fábrica ni siquiera tenía permiso de la Dinama para verter sus desechos al colector: no tenía la Solicitud de Autorización de Desagüe Industrial (SADI) que debió hacer ante la Dinama. “Hay un tema administrativo y un tema de valores; están incumpliendo en ambas cosas”, dijo Nario. Agregó que la Dinama contaba con expedientes de esta empresa de hace varios años, cuando había presentado declaraciones juradas, pero “después se ve que cambió el proceso y empezó a generar más efluentes y no hizo el trámite de desagües que tendría que haber hecho”.

La Dinama informó a la empresa del incumplimiento y esta tiene un breve plazo para hacer sus descargos; luego de eso, el organismo la sancionará. Además de la multa económica, la fábrica deberá regularizar su gestión de los efluentes.

Cuidado del río

Reducir el impacto de las emisiones líquidas de los vertimientos de origen industrial es el objetivo de una de las 11 medidas contenidas en el Plan de acción para la protección del agua en la cuenca del río Santa Lucía, que lanzó el gobierno nacional en mayo de 2013. En aquel momento se contabilizaron 54 industrias en la cuenca; 24 se catalogaron como prioritarias, por el mayor impacto ambiental que generaban. A esas 24 se les exigió contar con sistemas de tratamientos de efluentes que disminuyeran el impacto sobre el río. El plazo de esas reformas vencía inicialmente en enero de 2015 y, en los hechos, se extendió por más de un año. Nario comentó que los nuevos sistemas de esas industrias (que son 23 porque una cerró) están operativos y que la reducción de sus aportes a la cuenca es significativa.

Mantex no estaba incluida dentro de esas 54 industrias, porque la Dinama no la tenía registrada. “Al no haber presentado nunca el trámite de SADI y no haber estado identificada, no estaba en ese listado, pero va a entrar dentro de ella”, explicó Nario. Aclaró que no era una industria prioritaria, por el tipo de contaminante y el caudal. Dijo que los efluentes de la fábrica son producto del lavado de maquinaria con grasa, y que no vierten efluentes químicos, salvo detergente. “Estamos hablando de las industrias clase 2 del Santa Lucía, industrias pequeñas y con contaminantes que no son los más complicados. Obviamente, por algo la grasa tiene límites; genera una afectación al medio: se pega en la vegetación, genera problemas, genera una interfase entre el agua y el aire que impide la transferencia de oxígeno y afecta el ecosistema, pero estamos hablando de 50 metros cúbicos por día en una cañada”, expresó. Aclaró que desde el punto de vista ambiental el principal impacto estaba en la cañada, por ser un curso menor, y que los efluentes se diluían al llegar al río. Según Nario, la contaminación industrial en la cuenca del Santa Lucía representa entre 5% y 7%; de esa proporción, 90% era aportado por las 23 industrias y el 10% restante por las otras 30. Anunció que la Dinama planifica comenzar a trabajar con esas otras industrias.

El director valoró positivamente la acción de los vecinos, “el mecanismo de que los ciudadanos se empoderen del control ambiental y estén activos”, dijo. Valoró, también, la capacidad de respuesta del Estado, que planificó la inspección durante el fin de semana para poder ir el lunes a primera hora. De todos modos, los vecinos hubieran querido una intervención más inmediata, puesto que anunciaban fuertes lluvias para el fin de semana, algo que recién ocurrió el lunes a partir de las 7.00.

Los análisis de las muestras tomadas por los integrantes de la asamblea no serán consideradas en la multa. “Los valores son indicativos, no podemos tomarlos como un valor de sanción pero sí nos pone en una alerta amarilla para que nosotros actuemos”, explicó Nario. También reconoció la necesidad de cruzar datos entre los organismos y pedir, por ejemplo, que si una industria no cumple con todos los procesos administrativos, las intendencias no le otorguen los permisos comerciales.