Hace una semana se podía ver que nuevamente se había hecho “viral” el spot de Edgardo Novick, donde el líder del Partido “de la Gente” nos cuenta cómo pagan “los impuestos” los trabajadores. Esto, seguramente, sucedió ya que de enero hubo un aumento en las tarifas públicas y además se hicieron realidad las pequeñas modificaciones en las franjas del Impuesto a las Rentas de las Personas Físicas (IRPF) de las cuales venimos hablando aproximadamente desde julio. Es necesario seguir haciendo hincapié en este tema, debido a que ese spot es una gran mentira que sólo lleva a la confusión de aquellas personas que no tienen conocimiento real de cómo se pagan ciertos tributos, ya que vale aclararle a Novick y a la población en su conjunto que, si bien los impuestos son tributos, no todos los tributos son impuestos, y el que no miente con esto es el Código Tributario.

Tributo: Es toda prestación en dinero que el Estado exige, con el objetivo de obtener ciertos recursos para el cumplimiento de sus fines (artículo 10 del Código Tributario).

Impuesto: Es un tributo que se paga al Estado para hacer frente a ciertos gastos públicos. Quienes pagamos un impuesto no somos los que necesariamente nos vamos a ver beneficiados por lo que se haga con esa recaudación. Como dice el artículo 11 del Código Tributario, su presupuesto de hecho es independiente de toda actividad estatal relativa al contribuyente.

Contribución especial: El Código Tributario en su artículo 13 define como contribuciones especiales los aportes a cargo de trabajadores y patrones destinados a los organismos estatales de seguridad social.

Con estos dos conceptos ya podemos darnos cuenta de cómo nos miente Edgardo en su spot. Primero porque los aportes no son impuestos, son contribuciones, porque son descuentos que tenemos, en este caso en el salario, de los cuales de alguna manera nos podemos ver beneficiados en un futuro en contraprestación al aporte que hicimos. Por ejemplo, el día que nos jubilemos vamos a poder beneficiarnos del descuento que tuvimos por montepío cuando trabajamos, y lo mismo ocurre con el Fondo Nacional de Salud (Fonasa), que se utiliza para beneficiar a los trabajadores y su familia a cargo para obtener acceso a la salud.

Si ponemos de ejemplo el IRPF, nos damos cuenta de que este es un impuesto porque no sacamos provecho de él de una manera directa, es un dinero que se utiliza luego para contribuir con los fines del Estado, de los cuales podemos vernos beneficiados o no, pero no se nos genera un derecho directo en consecuencia de ese dinero.

Podemos, entonces, entender con las definiciones anteriores que el único impuesto que pagamos algunos trabajadores que grava directamente la renta es el IRPF. Vale aclarar que un 70% de dependientes no se ven alcanzados por él. Luego, como aportes personales pagamos montepío (aporte jubilatorio al Banco de Previsión Social -BPS- y a las AFAP), Fonasa (recaudado por el BPS para la Junta Nacional de Salud, la cual pertenece al Ministerio de Salud Pública) y Fondo de Reconversión Laboral (FRL, recaudado por el BPS para el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional). Vale aclarar que Novick, en su spot, sólo toma en cuenta bajo la definición de aportes personales y patronales el montepío; al resto los aparta, eso no es correcto, son todos aportes.

Novick plantea que con un sueldo de 50.000 pesos un trabajador de Industria y Comercio entre los aportes personales e IRPF se lleva líquidos unos 36.425 pesos. Ahí tenemos el primer error matemático. De esos 50.000 pesos se deben tener en cuenta para los descuentos por Contribuciones Especiales de Seguridad Social (CESS, los cuales luego se utilizan como deducción en el cálculo del IRPF) 15% de aporte jubilatorio, más conocido como montepío (7.500 pesos), 4,5% de Fonasa, si no se tiene hijos menores o discapacitados ni cónyuge a cargo (2.250 pesos y no 3.000 pesos). Novick lo hace por 6% sin aclarar que eso corresponde a un trabajador con hijos menores o discapacitados a cargo.

El otro descuento, el FRL, es 0,125% (63 pesos), y por el IRPF pagaría 2.635 pesos (que equivalen a 5% aproximadamente y no a 18%). La diferencia entre sueldo nominal, aportes e impuesto estaría dando un sueldo líquido de 37.553 pesos y no de 36.425 pesos.

En cuanto a los aportes patronales, estos no son pagados por el trabajador, sino por el empleador. Tendríamos sobre un sueldo de 50.000 pesos 7,5% de aporte jubilatorio, no 12% (3.750 pesos y no 7.500 pesos), 5% de Fonasa (2.500 pesos) y FRL 0,125% (63 pesos).

En lo que respecta al alquiler, pareciera que Novick quiere hacer referencia a la comisión que cobran las entidades que son garantía, como por ejemplo Contaduría, que cobra 3% de comisión y no 10,5%. Igualmente no podemos tomar en cuenta este dinero para el cálculo del salario líquido, ya que no es un descuento que esté directamente vinculado a este, sino que es un gasto que enfrentan los trabajadores sin importar directamente el salario.

También se menciona en el spot una frase muy cómica, ya que -si de humor se trata- Novick siempre nos saca una sonrisa: “El resto de lo que le queda al trabajador”, y menciona en relación una cifra de 21.425 pesos, que no queda muy claro de dónde se calcula. Vale aclarar que el trabajador a principio del mes debe tener en el cajero 37.553 pesos, no 36.425 pesos (salvo que tenga hijos menores o discapacitados a cargo), ni 21.425 pesos.

UTE, OSE y ANTEL no recaudan impuestos, sino que cuando pagamos UTE, OSE y ANTEL pagamos tarifas por consumo. Por lo cual, a cambio de una prestación económica nos vemos beneficiados de manera inmediata por el consumo de un servicio. Por lo tanto, lo que gastamos cuando nos llegan las facturas de cualquiera de estas empresas públicas no son impuestos y no están ligados directamente al sueldo del trabajador.

Con respecto a un salario de 50.000 pesos, no se tienen en cuenta un montón de factores, como que el individuo no tiene por qué vivir solo, ni alquilar, entre otras cosas. Siempre es bueno, antes de plantear un caso, plantear claramente el contexto. Sobre todo cuando se trata de temas relacionados al dinero de los trabajadores uruguayos.

Creo que con todo este análisis queda claro, como dice el propio Edgardo, quién está más lejos de la gente o, mejor dicho, quién quiere engañar a la gente.

Florencia Agrafojo.