Este año Uruguay será sede de la 11 a Cumbre empresarial China-LAC (América Latina y el Caribe), considerada “una oportunidad estratégica y una muestra tangible del rol primordial que Uruguay está llamado a desarrollar en esta ecuación comercial”, según destacó el canciller Rodolfo Nin Novoa. Se llevará a cabo del 30 de noviembre al 2 de diciembre en el Centro de Convenciones de Punta del Este. Ayer, a la presentación de esta actividad, que reunirá a 500 empresas, asistieron el vicepresidente Raúl Sendic; Nin Novoa; el intendente de Maldonado; Enrique Antía; el director de Uruguay XXI, Antonio Carámbula; el embajador de China, Dong Xiaojun, y la directora de Relaciones Internacionales del Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional, Lei Hong.

Sendic dijo que Uruguay tiene “una posición geográfica privilegiada en América y, lamentablemente”, aún no ha “alcanzado los niveles de inversión en infraestructura” que permitan “aprovecharla al máximo, por lo cual hay una oportunidad enorme en sectores como puertos, carreteras, vías férreas, aeropuertos”.

Ayer se tocaron temas como el turismo, las nuevas tecnologías, los agroalimentos y la seguridad alimentaria.

Carámbula dijo en rueda de prensa que la actividad “es la principal cumbre empresarial entre China y América Latina; ha ido creciendo en tamaño, pero también en calidad”. Agregó que “ahora está siendo incluida por el gobierno de China entre las prioridades”. El director de Uruguay XXI, institución encargada de la implementación de la cumbre, contó que fue “un trabajo duro” conseguir que Uruguay fuera sede: “El canciller [Nin Novoa] firmó el acuerdo y después con la visita del presidente [Tabaré Vázquez a China] se hizo el traspaso formal, y ahora estamos en la etapa de organización”. “Es importante que vengan empresas de peso a Uruguay. China es el principal socio comercial del país, por eso tenemos que aumentar el comercio, pero además es uno de los principales emisores de inversiones hacia el mundo, y en ese sentido tenemos un debe. Así que esta es una gran vidriera para Uruguay y para Latinoamérica”, dijo Carámbula.

El jerarca expresó que “Uruguay ha crecido mucho en los últimos tiempos”, aunque entre 2015 y 2016 “tuvimos una baja de casi 7%”; sin embargo, “en los últimos cuatro meses hemos tenido crecimiento en relación a los años anteriores”. “El crecimiento se explica por la llegada de inversión extranjera directa, la estabilidad política, económica, social, la seguridad jurídica, el hecho de tener grado inversor y una ley de promoción de inversiones que fomenta la llegada de inversión extranjera directa, que se resume en una sola palabra: confianza. Hacemos un seguimiento de la reinversión de utilidades que hacen las empresas extranjeras instaladas en el país, y en el caso de Uruguay más de 60% de las utilidades son reinvertidas. Somos el segundo país después de México en América Latina”, concluyó Carámbula.

No a la cláusula democrática

El ministro de Relaciones Exteriores, Rodolfo Nin Novoa, aseguró ayer que Uruguay no apoyará la aplicación de la Carta Democrática Interamericana. "Uruguay considera que es inconducente la aplicación de la cláusula democrática para Venezuela, porque lo único que hace es aislar a Venezuela y a su pueblo de los organismos formales de discusión, que han venido tratando de ayudar a solucionar la crisis que todo el mundo dice que tiene", dijo el canciller. La sesión de la OEA de ayer, sin embargo, terminó sin resoluciones ni declaraciones acerca de la situación en Venezuela. Al finalizar el encuentro el embajador representante de México ante ese organismo, Luis de Alba, dijo a la prensa que "en los próximos días" se haría "un proyecto de resolución en el que se definirían propuestas concretas" para atender el "caso Venezuela". Nin Novoa, por su parte, había dicho también ayer que "la acción que está desarrollando la Unasur [Unión de Naciones Suramericana] con la gestión de los tres ex presidentes, [José Luis] Rodríguez Zapatero [España], Leonel Fernández [República Dominicana] y Martín Torrijos [Panamá], está basada en el diálogo y en las bases que se establecieron para que Venezuela pueda tener un desarrollo económico, social y político normal. Nos parece que la cláusula democrática no ayuda en absoluto a esos fines", concluyó.