Esta nota hablará, específicamente, del proyecto de construir una minera a 2.000 metros del área protegida de la Quebrada de los Cuervos, que fue la gota que derramó el vaso -y la paciencia- de las organizaciones sociales que trabajan en la quebrada. “Nosotros perdimos la confianza. No vamos a participar más en el proceso de participación ciudadana en la Quebrada de los Cuervos, y se consolida un conflicto territorial”, le dijo el sábado José Puigdeval, integrante de la organización Pindó Azul de la Quebrada de los Cuervos, a Alfredo Blum, asesor del director de Medio Ambiente, Alejandro Nario. Hablaba en nombre del Concejo Vecinal de la Quebrada de los Cuervos, que está siendo construido por la Cooperativa Agraria Quebrada de los Cuervos, la Sociedad de Fomento Rural del lugar, Pindó Azul -que se dedica al mejoramiento genético de frutos nativos-, NovuTierra -comunidad de alemanes- y pobladores del lugar. Hablaba, también, en nombre de la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas.

La discordia con la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) surge en torno a un proyecto de extracción de piedra caliza en el Yacimiento Yerbal Grande, a una distancia de 2.000 metros del área protegida Quebrada de los Cuervos. El proyecto es de Cementos del Plata SA, una empresa del grupo ANCAP; comprende la apertura y la explotación de una cantera por un plazo de cinco años (que se puede extender), para extraer 120.000 toneladas de caliza para procesar en la planta de cal de la empresa en Cerro Méndez, próximo a Isla Patrulla, para exportar a Brasil. La audiencia pública sobre el proyecto se llevó a cabo en setiembre de 2016 y, tanto en esa instancia como en el Consejo de Ministros que tuvo lugar en Santa Clara de Olimar dos meses después, los vecinos les plantearon a las autoridades de la Dinama que, de aprobarse este proyecto, se corría el riesgo de que dejaran de creer en esa institución, cayendo, también, la credibilidad de la posibilidad de construir una gobernanza. Todo eso le planteó el sábado Puigdeval a Blum, y aclaró que su mensaje estaba dirigido a Nario, que era la persona invitada para participar en la mesa redonda. Nario fue, además, director de la consultora SigmaPlus, que hizo el Estudio de Impacto Ambiental del Yacimiento Yerbal Grande.

Hasta acá llegó mi amor

Las organizaciones sociales impulsaron la inclusión de la Quebrada de los Cuervos en el Sistema Nacional de Áreas Protegidas (SNAP), participaron en el plan de manejo del área e integran la Comisión Asesora Específica. De ese ámbito es que se retirarán. La decisión de aprobar el proyecto todavía no se ha concretado, pero, de acuerdo con las respuestas de la Dinama durante la audiencia pública, parece que eso sucederá. Puigdeval planteó que “va totalmente en contra de lo que venimos trabajando; se cae todo un proceso de desarrollo que venimos planteando desde hace 15 años”.

Explicó que “cuando concebimos el área protegida y el cinturón de amortiguación, contemplábamos el criterio de cuenca, una cuenca de 32.000 hectáreas del arroyo Yerbal Chico y el Yerbal Grande. Hasta ahora han transcurrido 15 años desde que trabajamos en eso, y van muchos visitantes de todas partes del mundo, recorremos, hay mucha actividad ecoturística, incluso educativa. Cuando se decide habilitar un yacimiento a escasos 500 metros del Yerbal Chico, a 2.000 metros del límite del área protegida, aguas abajo, uno se plantea que hasta desde un punto de vista científico es un disparate, porque no podemos generar un servicio de purificación de agua, de conservación del sistema fluvial de 4.000 hectáreas, de un pedazo de la cuenca, y 2.000 metros más abajo habilitar un yacimiento y la explosión de dinamita”. Vale aclarar que cuando se hizo la solicitud de ingreso al SNAP se pidió proteger las 32.000 hectáreas de la cuenca del Yerbal Grande y el Yerbal Chico, pero el gobierno de José Mujica sólo autorizó el ingreso de 4.413 hectáreas, de modo que el área es una sola, pero hay diferencias desde el punto de vista administrativo entre la parte protegida y la que no lo está.

El integrante de la organización Pindó Azul aseguró que no es posible la coexistencia entre ambos modelos. “Si ya se tomó una decisión, nos quita toda la confianza para seguir trabajando en el área protegida”, dijo, y acusó: “Lo único que hemos recibido es el carpeteo, y eso es lo que no nos podemos permitir como sociedad civil [...]. Tomamos distancia, no vamos a participar más”.

Nunca es fácil

Blum respondió que la Dinama maneja las áreas del SNAP y que el territorio no es solamente competencia de una organización ni de un organismo: “Hay una concurrencia de competencias que genera contradicciones”, expresó. Mencionó las “debilidades” de las normas jurídicas y dijo que el Estado ha perdido juicios hechos por propietarios de casas ubicadas en la faja costera de Rocha porque los jueces han entendido que “el derecho adquirido al uso de la propiedad privada era más importante que el espacio público y el bien ambiental”. Afirmó que dentro del área protegida, la Dinama tiene “cierto blindaje jurídico”, pero que “cuando nos vamos de ahí tenemos menos blindaje jurídico y empieza la concurrencia de competencias de los mecanismos de decisión que no necesariamente reflejan un sentido único y coherente de un modelo de desarrollo que en el país está en construcción y sí, tiene ciertas contradicciones”. Agregó que “los conflictos territoriales no los puede resolver sólo la Dinama”, y que la superposición de instituciones y normativas impide avanzar en un solo sentido. En cuanto a la quita de la confianza, expresó: “Para la Dinama, recibir en este momento la quita del apoyo de los compañeros en el proceso de construcción del área protegida de la Quebrada de los Cuervos es una noticia que no nos agrada, es algo que trataremos de revertir en la medida de lo posible”; apeló a no cortar el diálogo. Blum aclaró que no es un expediente que pase por él. Se refiere a que aunque pasa por la Dinama, no pasa por la dirección de la Dinama -para evitar un posible conflicto de interés-: la aprobación -o no- será decidida por el subsecretario del Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente, Jorge Rucks.

Mirar más arriba

La Dinama entiende que, a diferencia del otro proyecto de Cementos del Plata, el que se debate actualmente está fuera del área protegida, y que el agua, que es el principal objeto de conservación, está aguas abajo de la Quebrada. Pero esos argumentos no conforman a las organizaciones sociales y productivas del área. En diálogo con la diaria, Puigdeval expresó: “Se están obviando los bienes comunes y el bien colectivo de toda la población, de la población de la Quebrada y de la población aguas abajo, porque si hay algo por lo cual nosotros defendemos el área protegida es por el servicio ecosistémico que está brindando en el sistema fluvial. Es un disparate hacerlo aguas arriba, pero es el mismo disparate hacerlo 2.000 metros aguas abajo. Si esa área protegida está cumpliendo una misión ecosistémica de purificación y de efecto buffer de un montón de cuestiones que están presionando sobre el agua, estás habilitando unos metros más abajo a tirar por tierra el servicio que estamos generando en el área protegida”.

En cuanto a los avances, Puigdeval citó el rechazo de la Dinama, en 2013, a que el proyecto La Crucera, de Cementos del Plata, extrajera caliza dentro de la zona de amortiguación del área protegida, y la prohibición de la continuidad de un proyecto de forestación, también dentro del área de amortiguación, que obligó a la empresa a talar 400 hectáreas de pino. El integrante de la organización Pindó Azul de la Quebrada de los Cuervos expresó que entendieron esas decisiones como señales que los llevaron a pensar que valía la pena la participación, y que esa confianza es la que cae ahora, ante la probable autorización de este proyecto. “Nos genera una desconfianza muy grande con el tema de la toma de decisiones y el valor que tiene nuestra participación ahí; si me buscás para participar en la construcción de algo, no dinamites el mismo lugar al que me convocaste a participar con una visión de conservación y desarrollo alternativo”, reclamó Puigdeval.

Las organizaciones de la Quebrada de los Cuervos están preparando un manifiesto para entregar a las autoridades de la Dinama para “poner en valor” el trabajo que están haciendo en diferentes áreas de la economía y la organización social, porque “evidentemente no lo entendieron”; en ese documento le anunciarán, formalmente, su retiro de los procesos de participación ciudadana. Puigdeval dijo que quieren saber “cuáles son los argumentos por los cuales se tomaron esas decisiones que tiran por tierra todo lo que se viene haciendo. No tenemos la argumentación del porqué de la decisión, entonces tampoco se genera el debate constructivo entre una visión y otra, y por eso nosotros decimos que se está vulnerando el derecho, como pobladores locales, de plantear el desarrollo. Ya empieza a haber, incluso, un perjuicio económico en esa toma de decisión, con respecto a todos los emprendimientos que se están generando a partir de lo que el propio Estado convocó a hacer”. Al representante de la Dinama, Puigdeval le reclamó, también, que la participación que se les ofrece a los vecinos es “absolutamente consultiva y muchas veces ni se toma en cuenta. Llega un momento en que hay que poner un freno”.