La notable apuesta de los directores Federico Borgia y Guillermo Madeiro continúa con su derrotero después de convertirse en uno de los éxitos populares del año pasado y quedarse con la mayoría de los premios de la crítica uruguaya (mejor dirección, actuación masculina, dirección de sonido, de arte, montaje y música). Ahora este drama, comedia absurda y road movie sobre un profesor de artes marciales despechado que se obsesiona con pintar “fuegos” en su auto, y por eso decide buscar a un fisicoculturista y pintor, autor de un decorado que lo alucinó, se quedó con el premio del público en la Muestra del Cine Latinoamericano de Cataluña. Con claras referencias a los hermanos Joel y Ethan Coen, Clever cruza temáticas que incluso trascendieron lo propuesto por su director. En entrevista con la diaria, Borgia admitió: “Lo que dijeron en el extranjero es indiscutible, pero no lo percibíamos. Si me preguntabas de qué se trataba Clever, te decía que era sobre un hombre que se inventa algo para salir adelante, que se encuentran dos tipos que necesitan ser valorados por sus seres queridos y salir de la mediocridad. No se me había ocurrido que fuera una sátira sobre la masculinidad, pero me parece correctísimo. Creo que la película también funcionó por eso, pero es algo que no teníamos en la carpeta”.

Esta historia protagonizada por Hugo Piccinini compartió la distinción con la coproducción argentina-española Nieve negra, el fallido debut en solitario de Martín Hodara; y la colombiana La mujer del animal, el cuarto largometraje de Víctor Gaviria, que también se quedó con los premios a mejor película, guion y dirección, por la historia de una mujer que es raptada y abusada por un criminal durante siete años. “Es un homenaje a las mujeres que murieron en silencio. Y, a la vez, quería mostrar cómo nace y crece una familia alrededor de un abuso infame. Sí, una historia muy difícil de contar, pero es que del maltrato de género no surge un relato placentero”, comentó Gaviria antes de su estreno en el Festival de Toronto.

El Río de la Plata también contó con un tercer premio, por la actuación de Alan Sabbagh en El rey del Once, la última película de Daniel Burman (El abrazo partido), uno de los máximos exponentes de lo que fue el Nuevo Cine Argentino. Aquí, Sabbagh se convierte en Ariel, un economista que vuelve de Nueva York a Buenos Aires, alejándose por un tiempo de su esposa, una bailarina de danza clásica. Había emigrado a Estados Unidos en busca de un futuro prometedor, y regresa al Once, donde su padre maneja una fundación que se dedica a colaborar con los judíos necesitados.

En documentales, el premio fue para Los ofendidos (El Salvador-México), de Marcela Zamora, de que según The New York Times explora la relación entre la memoria y la impunidad: la directora y guionista se entera, a los 33 años, de que su padre, el político retirado Rubén Zamora, fue torturado durante la guerra civil salvadoreña. La realizadora decide investigar lo que sucedió, y crea un documento audiovisual que no sólo narra la experiencia de su padre.