La idea inicial de Estados Unidos, Francia y Reino Unido era presentar el borrador que redactaron en la reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU de ayer y someterlo a la votación de los 15 países que integran el organismo. El texto condena el ataque en la localidad siria de Jan Shijun, en el que murieron 86 personas, según los datos actualizados ayer. Además, pide a la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas que informe rápidamente sobre los avances de su investigación y exige a las autoridades sirias que colaboren con los expertos internacionales.

Los tres países responsabilizaron del ataque al gobierno del presidente sirio, Bashar al Assad, pero el texto no lo identifica como el responsable, sino que se limita a condenar lo sucedido y a pedir a Damasco total cooperación con la investigación al respecto.

Aun así, Rusia -que tiene el poder de vetarlo, tal como lo hizo para bloquear todas las resoluciones previas que afectaban a Al Assad- rechazó el documento. “El texto presentado es categóricamente inaceptable. Su defecto está en que se adelanta a los resultados de la investigación y sobre la marcha designa culpables”, dijo la portavoz de la cancillería rusa, María Zajarova. “El proyecto ha sido preparado a toda prisa. Se caracteriza por su negligencia. Plantear al Consejo de Seguridad ese texto es simplemente indecente”, agregó, antes de acusar a Washington, París y Londres de basarse en información falsa para redactar la resolución.

En la reunión de emergencia del consejo, el embajador de Rusia ante la ONU, Vladimir Safronkov, justificó el rechazo al afirmar que “no sería serio” que el organismo aprobara un documento sobre el ataque sin haber hecho una investigación “objetiva” y “completa”. A la vez, insistió en que varios informes suministrados desde Moscú demuestran que lo ocurrido el martes en Siria se debió a que la aviación de ese país bombardeó un almacén de municiones y equipos de guerra en un territorio controlado por la milicia islamista Al Nusra, donde se encontraban “armas tóxicas”. Los detalles que dio sobre esta información, sin embargo, no coinciden con los informes de autoridades locales y organismos de derechos humanos que reportaron el ataque.

En respuesta, los embajadores de Francia y Reino Unido exigieron a Rusia que deje de proteger al gobierno sirio y apoye la resolución, no sólo como miembro permanente del Consejo de Seguridad sino además en su calidad de garante de la tregua en Siria establecida en diciembre. “No hay ninguna alianza política que pueda justificar cerrar los ojos ante atrocidades masivas, desviar la atención del mundo a otras tragedias, negar las evidencias”, dijo el representante francés ante la ONU, François Delattre. Su par británico, Matthew Rycroft, insistió en que los vetos rusos en el Consejo de Seguridad no hacen más que animar al gobierno de Al Assad a continuar matando.

Por su parte, la embajadora de Estados Unidos, Nikki Haley, sugirió que su país podría tomar sus propias medidas ante el ataque químico -que, según afirmó, tiene el “sello distintivo” de las fuerzas de Al Assad- si continúa el bloqueo en el Consejo de Seguridad. “Cuando la ONU fracasa repetidamente en su deber de actuar de forma colectiva, a veces los estados nos vemos forzados a emprender nuestra propia acción”, dijo la embajadora. Al igual que los representantes de Francia y Reino Unido, Haley pidió que Rusia se una al resto de los países para detener las atrocidades en Siria.

Mientras se desarrollaba este debate en Nueva York, el gobierno sirio denunciaba que el ataque con armas químicas en Jan Shijun fue cometido por “organizaciones terroristas”, con ayuda de Turquía, “para culpar al Estado sirio”, según dijo a la agencia Interfax el embajador sirio en Moscú, Riad Haddad.