En 2015 la industria láctea perdió 700 puestos de trabajo, con el cierre de las plantas de Ecolat, de Nueva Helvecia, y de Schreiber Foods Inc, de San José; hoy hay más de 130 trabajadores en seguro de desempleo y el panorama sigue siendo complicado, resumió, en diálogo con la diaria, Heber Figuerola, dirigente de la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL). Enumeró las amenazas actuales. Una es el cierre parcial de la planta de la Cooperativa Nacional de Productores de Leche (Conaprole) en Rincón del Pino, en San José, porque “si bien la dirección de la empresa anunció que abriría en julio o agosto, todavía hay una incertidumbre importante”. Otra son los envíos a seguro de paro en la Cooperativa Láctea de Carmelo (Calcar), en Granja Pinerolo (Colonia Cosmopolita), y en la Cooperativa Lechera de Melo (Coleme), que anunció su cierre. Y, además, mencionó la situación de Lactalis, el grupo francés que compró la marca Parmalat, y las plantas en Salto y Cardona de Indulacsa, que recientemente propuso hacer una reestructura que en un principio planteó despedir a 40 trabajadores; el jueves 27 habrá una nueva reunión tripartita en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.

Por todo esto, la FTIL se declaró en alerta y resolvió desplegar un plan de acción y de movilizaciones que incluyeron un paro nacional el 6 de abril y el reparto de volantes en las 92ª Criolla del Prado en el que informaban de la situación; el lunes 24 llevará a cabo, a partir de las 9.00, una asamblea general -en el local del sindicato de Conaprole- y al término se movilizará al Parlamento y desde allí al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), donde habrá una oratoria. La Federación nuclea a 35 sindicatos, de diferentes etapas de la industrialización de la leche: recolección, industria propiamente dicha, distribución, heladerías industriales, heladerías artesanales y reposición, describió Figuerola. Con estas acciones, la FTIL propone sensibilizar sobre la problemática e informar que quienes sufren las mayores consecuencias “son los trabajadores y los productores, fundamentalmente los pequeños y medianos productores”, precisó el dirigente.

Cuestión de Estado

La movilización del lunes apuntará, concretamente, a las altas esferas. “Si bien hay algunos esfuerzos de representantes del Poder Ejecutivo, la lechería tiene que estar en un lugar más alto de la agenda de este Poder”, dijo. Mencionó, como ejemplo, que hace un par de semanas se reinstaló la mesa sectorial láctea, pero transmitió preocupación porque no concurrió ningún representante del MEF, y porque es un ámbito que no tiene continuidad ni la institucionalidad que se pretendía que tuviera.

La federación insiste en la defensa de la producción nacional y dispara una de las cuestiones clave: ¿cómo se tiene que abordar la extranjerización? Figuerola detalló que se refieren a la extranjerización de la tierra, de la cadena láctea y al ingreso de las multinacionales. Señaló la necesidad de contar con “un marco normativo dentro de la Ley de Promoción de Inversiones para que las empresas tengan otras obligaciones para con nuestra sociedad, para que no pase lo que ha pasado con diferentes multinacionales e incluso lo que pasó recientemente con Lactalis, donde la intención en principio fue la de despedir a 40 trabajadores, después terminó en un seguro parcial para diferentes trabajadores, y ahora se habla de retiros voluntarios”. Dijo que debe ajustarse un marco normativo, un “traje a medida” para la lechería. Por ejemplo, comentó que cuando se declara de interés departamental una inversión extranjera en el rubro lechero “hay que revisar muy bien qué compromiso se tiene, si va a generar valor agregado, durante qué período va a estar en nuestro país”, ya que hay un aporte del Estado y para el sector es preocupante que cierren a los cinco años de instaladas “porque no les dan los números o no les da rentabilidad”.

Varios de los envíos a seguros de desempleo se relacionan con un descenso en la remisión de leche. Si bien aclaró que en eso inciden diferentes factores, Figuerola acusó que las multinacionales “curran” con el precio de la leche y que eso perjudica a las cuencas lecheras. Dijo que el precio que la industria le paga al productor debería estar regulado por ley y que llegan a pagarle 4,20 o 4,30 pesos por litro de leche, mientras que otras pagan entre ocho y diez. “Desembarcan con esa premisa, con la especulación, y si no es rentable, se vuelcan a otro rubro”. Agregó que a eso se le suman las malas gestiones, como en el caso de Coleme.

La federación reclama la participación de los trabajadores en el Instituto Nacional de la Leche, por ser el único actor que no está representado.

El lunes, en las puertas del MEF, le exigirán a esa cartera una respuesta a las cuestiones inmediatas: “Cuáles son las medidas que se tienen que llevar adelante frente a esta situación: el precio que se le paga al productor, el cierre de plantas, que la reducción de costos no sea siempre a costa de los trabajadores y del pequeño y mediano productor”, reclamó Figuerola. Pedirán, además, buscar mecanismos para tratar de evitar llegar a estas situaciones. Al Parlamento le pedirán que haya un debate nacional sobre la lechería.