Con una actuación soberbia de Gustavo Barrera, Aguada derrotó ayer a Hebraica y Macabi 93-78 y puso la serie final 2-3. El triunfo de los dirigidos técnicamente por el Hechicero Fernando Cabrera no sólo estiró la llave de finales, sino que les cortó a los macabeos la chance de consagrarse campeones de la Liga Uruguaya de Básquetbol.

En el mejor momento de Aguada en el partido, cuando logró sacar una diferencia de 13 puntos, la máxima para los rojiverdes, apareció Leandro García Morales -el goleador de la noche, con 31 anotaciones- para ponerse el equipo al hombro, a base de triples y libres. Los aguateros, que iban en ventaja y tenían la pelota, tomaron malas decisiones y muy apresuradas, lo que generó que los macabeos volvieran a ponerse en partido en el final del tercer cuarto. Primero un triple, después dos libres y pelota por una falta antideportiva increíble que Miguel Barriola le cometió a Leandro, y después tres libres por una falta de tres de Federico Pereiras, también a García Morales, encendieron la noche en el Palacio Peñarol, y el final se avizoraba parejísimo, como varios de los encuentros de la serie de finales.

Pero como es básquetbol, el rumbo volvió a cambiar. Aguada -con Demian Álvarez y un vendaje en su cabeza a lo Ruso Pérez en Sudáfrica 2010, por un golpazo que se pegó contra el piso- se recuperó y se fue al último cuarto con una ventaja de siete unidades sobre Hebraica. Los últimos diez minutos fueron de una intensidad terrible, con el Panchi Gustavo Barrera en el nivel de siempre, siendo determinante para el triunfo de Aguada y para pensar en la sexta final, que se jugará el sábado. El mercedario habilitó a sus compañeros con sus pases geniales y anotó 20 puntos, con los que se convirtió en el goleador de su equipo.