El partido del sábado que Defensor Sporting le ganó a Nacional 3-2 tuvo un alto nivel de emotividad que comprendió a los actores directos, al público que siguió el partido desde las tribunas y, seguramente, a la platea televisiva.

Desde la planificación del espectáculo en el estadio Luis Franzini se preveía que hubiera distancia suficiente entre los espectadores directos, en aras de una concurrencia más controlable que permitiera asegurar la efectividad de las medidas de seguridad. En otras circunstancias, la asistencia se podría haber multiplicado por diez -y, en consecuencia, la recaudación- si se jugaba en otro escenario. Los dirigentes defensoristas tomaron la opción, totalmente válida, de reafirmar su condición de locales mediante el ejercicio pleno de este derecho, más allá de que históricamente no han hecho de este un principio inamovible.

Ese marco pleno de emociones deportivas y humanas fue alimentado por la acumulación de alternativas muy cambiantes en el desarrollo del encuentro. Nacional comenzó ganando con un gol que llegó sobre los 32 minutos, en un momento del partido en el que el rival había sumado méritos superiores. El equipo violeta consiguió el empate apenas hubo comenzado el segundo tiempo, y siete minutos después pasó a ganar 2-1 por medio de un tiro penal sancionado por el árbitro Daniel Fedorczuk por consejo de Miguel Nievas, un asistente muy activo, ante una mano de Diego Polenta. Cuando faltaban 25 minutos para el final, el capitán tricolor recibió una segunda amonestación por una falta violenta al muy buen lateral volante zurdo Ayrton Cougo, por lo que su equipo quedó en inferioridad numérica cuando estaba más exigido. No pasaron diez minutos y Gonzalo Bueno clavó el tercero en un peloteo que incluyó, inmediatamente antes, un tiro de Cougo que se estrelló en el parante derecho de Conde.

Con el 3-1 y superioridad numérica, el partido se le hizo en bajada al local, que iba una y otra vez al arco que cuidaban Esteban Conde, al vencer a lo poco que quedaba de estructura defensiva. Y así siguió atacando el equipo que se asomaba a la punta de la tabla de posiciones mientras la tribuna oficial del estadio Franzini se enloquecía al palpitar una goleada que finalmente no llegaría.

El entrenador del equipo dominante, Eduardo Acevedo, mandó a la cancha a tres hombres frescos en los últimos siete minutos, cada dos vueltas del segundero. Para ponerle un picantito al final, porque faltaba un minuto y medio del tiempo adicionado, Brian Lozano marcó el descuento con un gran zapatazo. El 3-2 final fue muy festejado por los locales y muy sentido por los visitantes. La punta del torneo y la prioridad en el camino hacia el título cambiaron de manos.

Pasado, presente y futuro

No había dudas: era un gran partido. La expectativa fue grande, ambos equipos se proponían conseguir el título del Torneo Apertura y estaban desprendidos del resto. Lo que se vio colmó lo que podía esperar un observador neutral y creó estados de ánimo y valoraciones opuestas entre los partidarios de Defensor Sporting, que se quedaron pipones en el desarrollo del amor a sus colores, y los de Nacional, que sufrieron un gran golpe anímico, en tanto su equipo tuvo uno de sus peores rendimientos colectivos del torneo y no consiguió dominar ni siquiera cuando estuvo al frente en el marcador.

Esos estados de ánimo, obviamente, son muy distintos en ambos cuerpos técnicos y planteles de jugadores, con vistas al futuro inmediato. Habrá dos partidos simultáneos el sábado a las 15.30 (no se puede jugar el domingo 14 porque Nacional debe estar el martes 16 en Maracaibo para enfrentar a Zulia por su grupo de la Copa Libertadores). Defensor Sporting visitará a Fénix -una dura formación de media tabla que ha perdido por mínima diferencia sus tres últimos partidos y que suma 16 unidades contra 33 de los violetas-, mientras que Nacional será local, seguramente en el Centenario, frente a Sud América, último en el Apertura, con 9 puntos -muy pocos comparados con los 32 de los tricolores-, y penúltimo en la tabla del descenso.

Decime algo

El entrenador que habló más, obviamente, fue Acevedo. Contó que ya en los vestuarios del Parque Viera, luego de ganarle 3-2 a Wanderers, había decidido mantener la línea de tres zagueros -aunque le faltaran dos titulares, el Coto Nicolás Correa y Guillermo de los Santos-, así como el resto de la formación. Mathías Suárez y Gonzalo Maulella se acoplaron bien a Andrés Lamas. “Defensor hizo un gran primer tiempo, pero no me gustaron los 12 o 13 minutos finales”, dijo. Precisó que “el shock del gol” se había sentido y contó que no fue directamente al vestuario, sino que estuvo unos minutos solo en su habitación y luego “armó la columna vertebral” del equipo, para que volviera a ser el de la primera media hora. “Eran los dos mejores equipos los que se enfrentaban, era el partido del año”, afirmó. Elogió a sus jugadores, destacó a varios y ponderó el torneo que están haciendo. La locuacidad del director técnico violeta estuvo a pleno incluso al aventurar opiniones sobre lo que se viene: “Fénix es un equipo fuerte, que tiene un gran técnico. Ese último paso va a ser complicadísimo, tremendo, pero nosotros iremos bien; estuvimos jugando finales en los últimos cinco partidos”.

Martín Lasarte fue muchísimo más breve en su contacto con los medios de comunicación luego del encuentro, un poco por el golpe de la derrota y otro poco porque los jugadores lo esperaban para ir rápido a Los Céspedes. Lasarte definió lo evidente: “No tenemos más la posición de privilegio en el torneo, al dejar pasar una gran oportunidad”. Se quejó porque no habían llegado bien al partido y enumeró los problemas que había enfrentado: “Tuvimos una semana complicada. Nos quedamos sin tres jugadores y debimos hacer dos cambios por problemas musculares; todo eso nos jugó en contra”. Finalizó enigmáticamente cuando ya se iba: “Y hay más cosas que no puedo hacer públicas”.

El Bochita Mathías Cardacio fue uno de los varios protagonistas que en el desarrollo de sus carreras futbolísticas han estado de los dos lados, al igual que Matías Cabrera, Gonzalo Bueno, Martín Ligüera, Álvaro Tata González, Brian Lozano y Sebastián Fernández. Contó que “después del primer tiempo quedamos disgustados”; “nunca quiero disminuir al rival, pero hicimos los méritos para llevarnos la victoria; fue así”. Agregó: “Jugamos un partido inteligente, con bajas importantes que no se notaron. Además, Defensor cuando tiene que meter, mete”. Y remató con un elogio abierto a Maxi Gómez y Gonzalo Bueno: “Son un lujo que nos damos”.

Esta historia no terminó. Eso llegará dentro de unos días. Hasta el sábado, entonces.