El rector de la Universidad de la República (Udelar), Roberto Markarian, señaló ayer, en una rueda de prensa, que la política recaudatoria del Fondo de Solidaridad “merece grandes correcciones” y que es “clarísimo” que egresados que ganan “muy distintas” cantidades de dinero aportan la misma suma para el financiamiento del Fondo. Por lo tanto, sostuvo que “merece una revisión profunda y la Udelar está dispuesta a participar colaborando con esas revisiones”. El rector subrayó que, pasada la Rendición de Cuentas, corresponde formar un equipo con el Fondo y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) “para discutir cómo mejorar el modo en que se aporta” a esta herramienta.

Sobre las críticas de algunos profesionales universitarios que no ejercen y, por lo tanto, consideran injusto pagar el Fondo, Markarian indicó que eso es parte de las mejoras que hay que hacerle a la política recaudatoria, pero subrayó que se trata de un asunto “delicado”: dijo que si bien es posible que estos profesionales no ejerzan, haber terminado sus estudios universitarios les da a estos profesionales “beneficios” en su carrera, más allá de la utilización del título, por lo que es un tema “fino”, que merece una “discusión especial”. “Que hay gente que no debería pagar tanto, que no debería pagar y que tiene que pagar, estoy seguro que la hay, y esa es la razón principal por la que hay que revisarlo, pero de allí a que sólo haya que mirar el ejercicio del título es otra historia”, subrayó.

A su vez, Markarian señaló que la financiación del Fondo se debe tratar en el marco de las políticas tributarias del país, y dijo que cuando el Estado deja de recaudar por exoneraciones que se dan “a las grandes inversiones”, influye en la política impositiva, en la medida en que se deja de cobrar impuestos y se afecta el dinero disponible. “Por ejemplo, alguien podría decir que se dejara de exonerar algunos impuestos y que ese dinero se volcara a lo que ahora se recauda para el Fondo. Parece rara la afirmación, pero está claro que hace a las cuestiones que se cobran o no en el Estado uruguayo. Por eso parece muy razonable que el MEF participe en estas discusiones”, concluyó.

La rueda de prensa tuvo lugar en la Torre Ejecutiva, luego de una conferencia de prensa brindada por el Fondo para mostrar los principales resultados y los datos de la gestión de la institución, en la que participaron Markarian, Marcos Supervielle y Enrique Miranda (presidente y gerente general del Fondo, respectivamente).

El Fondo de Solidaridad se creó el 25 de julio de 1994, por la Ley 16.524, y es la “institución más importante de becas del país”, según señalaba el folleto de prensa de la conferencia. Otorga becas a estudiantes de la Udelar, del nivel terciario del Consejo de Educación Técnico Profesional (CETP-UTU) y de la Universidad Tecnológica (Utec). Para determinar la situación socioeconómica de los estudiantes, se utiliza el Índice de Vulnerabilidad Estudiantil, “que garantiza la fluidez y transparencia en el proceso, así como el análisis individual del equipo de trabajadores sociales”.

Tirame un dato

Entre todos los números expuestos, se destaca que en 2016 se otorgaron 7.942 becas, de un total de 11.154 solicitudes. El monto de las becas es de 7.222 pesos -el año pasado fue de 6.680- y se concede por un máximo de diez meses, con posibilidad de renovación por avance en la escolaridad. Miranda dijo a la diaria que 90% de las solicitudes de becas rechazadas son de estudiantes que quieren renovar el beneficio pero no cumplen con el mínimo necesario de escolaridad; otros fueron rechazados porque su situación económica no ameritaba la ayuda.

El monto total destinado a las becas en 2016 fue de 464 millones de pesos, que representan 93% del dinero que se recauda por el aporte del Fondo. El 7% restante va a inversiones y gastos operativos. A su vez, de lo recaudado por el aporte adicional (Ley 17.296) -que en 2016 representó casi 400 millones de pesos-, 35% se destina a proyectos de la Udelar en el interior del país, 25% a mejoras en infraestructuras “no edilicias” y 40% a infraestructura edilicia “destinada a la enseñanza”. 84% de los becarios son del interior del país, y 72% son mujeres.

En 2016 se duplicó el mínimo no imponible para exonerar el aporte al Fondo. Pasó de cuatro a ocho Bases de Prestaciones y Contribuciones: 26.720 pesos de ingreso promedio nominal. La mayor cantidad de contribuyentes son egresados de las carreras de medicina (15.075), contaduría (11.308), abogacía (8.656), notariado (8.536), psicología (7.305), arquitectura (6.099), agronomía (5.099), enfermería (4.684), odontología (4.585) y tecnicatura en administración (3.626).

En la rueda de prensa, Markarian señaló que el monto de la beca “es poco dinero para dedicarse al estudio sólo con eso”, pero el hecho de que haya casi 8.000 estudiantes recibiendo becas “es un aporte fundamental para que los sectores con menos dinero del país puedan participar en los procesos de formación terciaria y superior”. Además, agregó que la mitad de las construcciones que realizó la Udelar en lo que va de 2017 y las que hará hasta 2018 serán financiadas con dinero que proviene del Fondo Adicional. “Hemos construido mucho. Hay algunos edificios que van a ser paradigmáticos, como la Facultad de Información y Comunicación, y muchas de las obras del interior. También estamos empezando hoy mismo unas [construcciones] en Rivera, y todo eso se debe a este proceso que empezó hace 20 años”, concluyó el rector.

Por otro lado, Supervielle destacó que el balance de las becas, que es la parte central del Fondo, “es muy bueno”, y que 17% de los egresados de la Udelar han sido becados por la institución que preside. Además, subrayó que los padres de 97% de los becarios no tienen estudios universitarios. “El Fondo juega un papel absolutamente central como política educativa activa, es decir, de impacto inmediato. No es como las políticas estructurales, que obviamente hay que hacer, pero que van a tener impacto dentro de diez o 15 años”, indicó.

En cuanto a las críticas de los egresados que aportan y no ejercen, el presidente del Fondo dijo que no está de acuerdo con ellas, porque “en su gran mayoría, los estudios terciarios permiten aplicar conocimientos en las áreas más diversas. Por ejemplo, hay empresarios que nunca ejercieron en su vida, pero sí se han beneficiado de los estudios que han realizado en la Universidad”, concluyó.