El presidente Michel Temer firmó un decreto por el cual autoriza el empleo de las Fuerzas Armadas para “Garantizar la Ley y el Orden del Distrito Federal”, una figura prevista en la Constitución, desde ayer hasta el 31 de mayo. El decreto fue publicado en el Diario Oficial después de que se produjeran disturbios tras una manifestación convocada por la Central Única de Trabajadores (CUT) y movimientos de izquierda que pedían el fin de las reformas que impulsa el gobierno en el Congreso, y la renuncia del presidente. La movilización fue multitudinaria. Cuando estaba terminando, grupos de personas encapuchadas tiraron bombas molotov contra varios ministerios y el Congreso, y se enfrentaron con la Policía Militar, que utilizó gases lacrimógenos y avanzó con caballos para dispersar a los manifestantes.

La CUT atribuyó la responsabilidad de los enfrentamientos a personas “infiltradas” en la movilización y a la reacción ante la excesiva represión policial. Por su parte, el Partido de los Trabajadores emitió un comunicado en el que sostiene que ayer “quedó sellado el fin del gobierno ilegítimo del golpista Michel Temer. No hay más condiciones morales o políticas para que ese usurpador permanezca en el poder en Brasilia”.

En la tarde de ayer el ministro de Defensa, Raul Jungmann, salió a explicar la publicación del decreto. Aseguró que el “caos” y el “descontrol” que se vivían en la Explanada de los Ministerios -donde están las sedes de todas las carteras y de otros organismos, así como el Congreso- era responsabilidad de los manifestantes, y que fue el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, quien le pidió a Temer que convocara a las Fuerzas Armadas.

En la cámara baja, que estaba en sesión, un indignado Maia dijo que él se limitó a pedir que se reforzara a la Policía Militar e hizo público el documento que envió a Temer con ese pedido, para que esto se confirmara. Maia aseguró que “si el gobierno decidió adoptar otra medida, es su responsabilidad, no es ni debe ser de la Cámara de Diputados”. Además, dijo que le pidió a Temer que, “por lo menos”, el gobierno restringiera a la jornada de ayer la autorización para que las Fuerzas Armadas salgan a las calles de Brasilia.

La medida adoptada por Temer fue criticada por prácticamente todos los partidos políticos, e incluso por uno de sus correligionarios del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), el ex presidente de la Cámara de Senadores Renan Calheiros, quien dijo que convocar a las Fuerzas Armadas mientras “el país se está prendiendo fuego” roza “la insensatez” y la “irresponsabilidad”. “No serán las Fuerzas Armadas las que sustenten al gobierno”, agregó. Por su parte, el partido opositor Rede Sustentabilidade presentó un proyecto de ley que anula el decreto publicado por Temer.

La alternativa

Los partidos aliados del gobierno ya están planificando la sucesión de Temer como presidente, informaron ayer varios medios brasileños. Cuentan con que el Tribunal Supremo Electoral (TSE) sea el que dictamine su salida del cargo. El TSE tiene previsto juzgar entre el 6 y el 8 de junio un recurso presentado por el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB) contra la fórmula de Dilma Rousseff y Temer por irregularidades en la campaña, que podría terminar con la destitución del presidente. En ese caso Maia -quien pertenece a Demócratas, uno de los partidos aliados de Temer- ocupará el cargo y contará con un mes para convocar a elecciones indirectas, en las que será el Congreso el que elija al nuevo presidente. Los dirigentes de los partidos oficialistas -que dieron declaraciones a medios brasileños pidiendo que mantuvieran sus nombres en reserva- consideraron que una condena del TSE también daría una “excusa” para que Temer deje el cargo sin renunciar, una posibilidad que el presidente ha descartado, con el argumento de que se trataría prácticamente de una “confesión de culpa”.

Los partidos aliados de Temer empezaron a valorar las posibilidades de sucesión en el cargo, después de que quedara claro que el Congreso no podrá funcionar normalmente mientras la crisis política continúe. Las sesiones de las cámaras se han visto interrumpidas constantemente por pronunciamientos a favor y en contra del presidente, y la situación ha alterado la rutina de las cámaras. Ayer, por ejemplo, un grupo de diputados opositores invadió la mesa directiva de la cámara baja -que está un escalón por encima del resto del lugar- con una pancarta que decía: “#ForaTemer”.

“No vamos a cambiar de barco, vamos a cambiar al timonel. Si el TSE cesa a la fórmula, necesitamos mantener a la misma coalición. El PMDB va a seguir participando, y Temer va a seguir siendo un líder importante, con mucha influencia en el Congreso”, declaró uno de los dirigentes del PSDB a la cadena de televisión O Globo.

Son varios los nombres que se manejan como candidatos en estas elecciones indirectas, pero dos de ellos son los más mencionados y que parecen tener más respaldo. Uno de ellos es el ministro de Hacienda, Henrique Meirelles, quien pertenece al PMDB y ha asegurado públicamente que las reformas económicas van a seguir su camino con o sin Temer. El otro es Maia, quien pertenece al PSDB y perdió las elecciones en 2014, pero de esta forma estaría llegando a la presidencia.

Algunos dirigentes de la coalición que respalda a Temer manifestaron al periódico O Estado de São Paulo que quieren contar con una salida rápida ante la eventual destitución de Temer no sólo para evitar la prolongación de la crisis política, sino también para frenar los reclamos de elecciones directas, impulsados principalmente por la oposición de izquierda y los sindicatos, como en la movilización de ayer.