Los líderes de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) celebraron una cumbre en Bruselas para renovar sus planes de lucha contra el terrorismo. En ese marco, resolvieron integrarse como organización a la coalición internacional contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) que lidera Estados Unidos. Además, se comprometieron a incrementar el gasto en defensa, respondiendo a las presiones del presidente estadounidense, Donald Trump.

“Nos protegemos unos a otros, estamos unidos, somos la OTAN”, dijo el secretario general de la alianza, Jens Stoltenberg, al inaugurar la cumbre en la capital belga, a la que asistieron los 28 jefes de Estado y de Gobierno de la alianza. Stoltenberg insistió en que el vínculo entre los miembros de la alianza “ha proporcionado seguridad” a los habitantes de sus países desde su creación, en 1949, y los instó a reforzar “las responsabilidades de seguridad” y a tomar medidas contra el terrorismo. Sobre este último tema se centró toda la reunión.

Entre las medidas adoptadas ayer por la OTAN para combatir el terrorismo internacional, cobró especial fuerza la decisión de convertirse en miembro de la coalición encabezada por Estados Unidos contra EI en Irak y Siria, sobre la que Trump ha insistido desde hace meses. Los 28 aliados ya formaban parte de la coalición, pero cada uno a título individual, y no como parte de la organización, informó la agencia de noticias Efe. Si bien formalizaron su ingreso, la OTAN no hará ninguna “operación de combate” como las que llevó a cabo en Afganistán hasta 2014, confirmó Stoltenberg.

Además, los líderes aprobaron un paquete de medidas para aumentar el apoyo práctico a la coalición: el avión de vigilancia aérea de la OTAN, que ya le ofrece información desde el aire, incrementará sus horas de vuelo; habrá más intercambio de información y los aliados prestarán capacidades de reabastecimiento en vuelo. Por último, la OTAN anunció que creará una célula de inteligencia que estará situada en su cuartel general, para compartir información sobre combatientes extranjeros, entre otros asuntos, y nombrará a un coordinador especial antiterrorista.

Antes de iniciar la cumbre, los 28 líderes participaron en la inauguración de la exposición, en la nueva sede de la alianza en Bruselas, de un fragmento del Muro de Berlín y otro del World Trade Center de Nueva York. La idea de exhibir esas piezas es recordar el fin de una época “de aislamiento” y homenajear a las víctimas de los atentados del 11 de setiembre de 2001 en Estados Unidos, respectivamente. En ese acto, Trump –que ayer acudió a su primera cumbre de la organización– dijo que la alianza “del futuro” debe incluir “un gran foco de atención en el terrorismo y la inmigración, así como en las amenazas de Rusia y en las fronteras este y sur de la OTAN”. A su vez, el mandatario estadounidense volvió a exigir a sus aliados que cumplan sus “obligaciones financieras”; esto surtió efecto porque luego, en la cumbre, los líderes renovaron su compromiso de llegar en una década al objetivo de destinar 2% del Producto Interno Bruto a gastos de defensa.

Mientras tanto, activistas y organizaciones civiles armaron una “contracumbre” en oposición a la militarización. En esta cumbre paralela, organizada por la plataforma Stop NATO, se realizaron varias conferencias en las que se abordaron la “creciente militarización” de los países, la participación en “guerras ilegales” y la inversión en programas de “modernización nuclear”. En la apertura del encuentro, la secretaria general de la Campaña por el Desarme Nuclear, Kate Hudson, dijo que Trump está “burlándose” de la OTAN, ya que está haciendo que los demás países miembros “paguen por las guerras de Estados Unidos”.

La convocatoria paralela también se trasladó a las calles de Bruselas, con dos protestas. En la primera manifestación, cerca de 30 personas se encadenaron en los alrededores de la sede de la OTAN, con el objetivo de retrasar la llegada de las delegaciones. La iniciativa falló porque los mandatarios tomaron un camino diferente, informó la agencia de noticias Belga. Durante la segunda acción, los activistas desplegaron tres banderas con mensajes contra la OTAN en señales de tránsito, en la zona que conecta la sede del organismo con el aeropuerto de Bruselas. La portavoz de la organización Actuar por la Paz, Stéphanie Demblon, dijo que la Policía había realizado cerca de 140 “arrestos administrativos” durante las dos protestas, cifra que no fue confirmada por las autoridades.