Tabaré Vázquez: Como muchos de ustedes sabrán, una de las primeras cosas que haremos ni bien lleguemos a Egipto, la semana que viene, es concretar el acuerdo para nuestra momificación y la construcción de una pirámide en donde descansarán nuestros restos. No queremos que tras nuestra muerte los uruguayos se enfrenten en una guerra fratricida por decidir qué se hace con nuestros restos. La pregunta concreta es: ¿quién de ustedes querría ser enterrado junto con nosotros?

María Julia Muñoz: Yo, yo.

Tabaré Vázquez: Cuidado, que según leímos en un artículo de internet, los seguidores de los faraones eran enterrados junto con sus líderes, pero vivos.

María Julia Muñoz: A lo mejor le dejo mi lugar a alguien más, entonces.

Víctor Rossi: Yo estoy dispuesto a enterrarme vivo, mi Tabaré. Una vez que no estés más en este mundo, la vida ya no tendrá sentido para mí.

Tabaré Vázquez: También deberíamos definir qué objetos deberían estar con nosotros en nuestro descanso final.

Víctor Rossi: En mi caso, con una foto tuya, mi Tabaré, me alcanza.

Tabaré Vázquez: No, no me refería a nosotros dos. Hablaba de nosotros, el presidente.

Víctor Rossi: Ah, perdóneme. O sea, perdónenos.

Tabaré Vázquez: No se preocupe, señor ministro. Me alegra mucho que se interese por el proyecto, porque como ministro de Transporte y Obras Públicas tiene que supervisar la construcción de la pirámide y resolver uno de los detalles más complejos: el transporte de las piedras de diez toneladas.

Víctor Rossi: No se angustien por eso, mis Tabarés, yo las puedo llevar.

Tabaré Vázquez: Nosotros habíamos pensado que el ferrocarril podía ser una buena opción.

Víctor Rossi: Pero no, mis Tabareces, ¿para qué vamos a andar gastando dinero? Yo las llevo. Mi cuerpo ya no es el que era, pero mi devoción hacia vosotros todos es cada vez mayor.