Después de 41 días de ayuno, más de 800 palestinos presos en cárceles israelíes suspendieron su huelga de hambre en la madrugada del domingo, una vez que alcanzaron un acuerdo con Israel. La decisión fue anunciada tanto por la Comisión de Asuntos de los Prisioneros y Ex Prisioneros de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) como por el Servicio de Prisiones de Israel.

Según la comisión, los presos lograron que Israel accediera a permitir a los prisioneros una segunda visita por mes, que será financiada por la ANP. Hasta el año pasado los presos podían tener dos visitas, ambas financiadas por la Cruz Roja, pero este año el organismo las redujo a una alegando motivos económicos.

El portavoz de la comisión, Akram Ayasa, dijo a la agencia de noticias Efe que Israel accedió a 80% de las demandas de los presos y que va a haber una “transformación sustancial” en las condiciones de detención. Entre otras cosas, mencionó mejoras en el sistema de transporte de los presos y más verduras en las comidas. Sin embargo, la portavoz del Servicio de Prisiones de Israel, Nicole Englander, dijo que eso “no es cierto” y que solamente se acordó reincorporar la segunda visita mensual.

Las declaraciones cruzadas no terminaron ahí: organizaciones civiles palestinas que trabajan con los presos denunciaron ayer que los líderes de la huelga de hambre fueron trasladados a celdas de aislamiento, mientras las autoridades israelíes dijeron que habían retomado sus condiciones normales de detención.