En el escrito en el que pidió que el presidente sea investigado por obstrucción de la Justicia, el procurador general de Brasil, Rodrigo Janot, se manifestó “perplejo” por la dimensión de la corrupción en Brasil y porque continúa, pese al efecto disuasivo que se podía esperar de una operación judicial como la que investiga el esquema de Petrobras.

Los dueños del grupo JBS, Joesley y Wesley Batista, que comprometieron a Temer, dijeron que la firma sobornó a 1.829 políticos de 28 partidos políticos distintos por un total de unos 184 millones de dólares. Además, directivos de JBS, entre ellos el director del grupo, Ricardo Saud, declararon ante la Justicia que esos fondos contribuyeron a las campañas de 167 diputados federales, 28 senadores y 16 gobernadores. Los testimonios de los hermanos Batista también acusaron a los ex presidentes Dilma Rousseff y Luiz Inácio Lula da Silva de haber recibido parte de ese dinero. Además, Joesley Batista dijo que el diputado João Bacelar, del Partido de la República, le pidió 46 millones de dólares destinados a sobornar a 30 diputados para que votaran en contra de la destitución de Rousseff. El empresario dijo que accedió a comprar a cinco diputados por una décima parte de lo solicitado, según informó O Globo.

Por el momento la mayor amenaza para el gobierno liderado por Temer es la investigación judicial por obstrucción de la Justicia, organización criminal y corrupción pasiva. Esta se basa en la grabación que hizo Joesley Batista de una conversación entre ambos en la cual el empresario le cuenta al presidente acerca de una serie de medidas ilegales adoptadas para frenar las investigaciones de corrupción, sin que su interlocutor las cuestione. Por el contrario, Temer incluso avala o solicita que se mantengan algunas de ellas.

En un mensaje a los brasileños, Temer cuestionó la validez de la grabación “clandestina” y dijo que “fue manipulada y adulterada con objetivos nítidamente subterráneos”, ocultos. El presidente anunció que recurriría al Supremo Tribunal Federal para que se suspenda la investigación hasta que se verifique la autenticidad de la grabación con una pericia. El tribunal aceptó la solicitud de la pericia, que se llevará adelante en estos días, y el miércoles tratará el pedido de suspender la investigación.

Caminos políticos

En lo político, la oposición ha declarado el fin del gobierno de Temer y exige nuevas elecciones directas. Esta postura quedó reflejada, por ejemplo, en las palabras de Lula, que en un encuentro del Partido de los Trabajadores dijo: “Lo que queremos es la elección directa. Queremos que Temer se vaya ya. Podemos hasta perder [en elecciones], pero que sea en un proceso democrático”. Este pedido ha sido reiterado por miles de ciudadanos que desde el jueves salen a las calles de las principales ciudades de Brasil para exigir la renuncia de Temer y reclamar elecciones directas.

La Constitución establece que si los cargos de presidente y de vicepresidente quedan vacantes mientras quedan dos años de mandato se deberá convocar a elecciones indirectas, o sea, que es el Congreso el que elige al nuevo presidente que completará el mandato de los anteriores. En este momento no hay vicepresidente en Brasil, y ante la posibilidad de que Temer dejara el cargo de presidente, varios diputados y senadores retomaron un proyecto de enmienda constitucional presentado antes de la destitución de Rousseff. En el texto se propone que en estas condiciones la elección no la haga el Congreso, sino la población, en una votación que tenga lugar, como máximo, 90 días después de la destitución. El proyecto se encuentra en la Comisión de Constitución y Justicia, que podría pronunciarse mañana.

Han respaldado esta iniciativa, entre otros, el Partido de los Trabajadores, Rede Sustentabilidade y el Partido Socialista de Brasil, que el sábado abandonó el gobierno y pidió la renuncia de Temer. Este último partido cuenta con 35 diputados y siete senadores, y es el mayor de los que le retiraron el respaldo a Temer en estos días. Pese a que el partido dejó el gobierno, uno de sus integrantes, Fernando Coelho, que es ministro de Minas y Energía, se mantendrá en el cargo. Según los medios brasileños, Temer le pidió que se quedara y él aceptó hacerlo. Si bien formalmente el Partido Socialista de Brasil abandonó el gobierno, se prevé que por lo menos la mitad de sus diputados continúe apoyando al Ejecutivo.

Para ayer estaban agendadas reuniones en las que determinarían si mantenían o no el apoyo al gobierno el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), Demócratas y el Partido Popular Socialista, pero las dos primeras fueron canceladas después de que Temer convocara a los líderes de las organizaciones políticas que lo apoyan en el Congreso a un encuentro para hablar sobre la coyuntura y tomar decisiones en conjunto. Formalmente, los partidos dijeron que esperarán a conocer el resultado de la pericia sobre el audio para tomar una decisión.

El PSDB y Demócratas son vistos como los más fieles al gobierno después del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, al que pertenece Temer, y ya anunciaron que actuarán en conjunto, tal como lo hicieron al ingresar al Ejecutivo. En ambos casos hay quienes piden la salida del gobierno. El senador de Demócratas Ronaldo Caiado, uno de los más fuertes dentro del partido, ha dicho públicamente que se debe abandonar a Temer, que el presidente tiene que renunciar y que hay que convocar nuevas elecciones. En el PSDB, algunas direcciones estaduales -como la de Río de Janeiro y la de Río Grande do Sul- pidieron la salida del gobierno y la renuncia de Temer, y en la misma línea se manifestó el diputado Pedro Tobias, presidente del partido en San Pablo, donde está su principal bastión. Sin embargo, en ambos partidos parecen ser mayoría los sectores que prefieren la permanencia en el gobierno. En el caso del PSDB, tanto el gobernador del estado de San Pablo, Geraldo Alckmin, como el alcalde de la ciudad, João Doria, manifestaron que es necesario seguir respaldando al Ejecutivo.

Pese a estas señales, la oposición cuenta con que, aunque los partidos sigan respaldando a Temer, haya diputados y senadores disidentes dispuestos a respaldar algunos de los más de diez pedidos de juicio político en su contra. Otro de estos pedidos será agregado este lunes, el de la Orden (colegio) de Abogados de Brasil, cuya voz es muy respetada. En todo caso, sería el presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia, de Demócratas, el que debería aceptar cualquiera de estos pedidos para que sea tratado en la cámara baja.