Los conflictos de intereses vuelven a perseguir al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, cinco meses después de su llegada a la Casa Blanca. Los fiscales generales del estado de Maryland y de Washington DC presentaron ayer una demanda en su contra por recibir dinero de gobiernos extranjeros por negocios de los que no se ha desvinculado totalmente. Al aceptar ese dinero, los fiscales consideran que el mandatario violó las cláusulas anticorrupción de la Constitución.

La demanda contra Trump fue presentada ayer por dos fiscales generales, ambos demócratas, que acusan al mandatario de haber recibido “millones de dólares en pagos y beneficios de gobiernos extranjeros” desde que asumió la presidencia del país, y siempre teniendo en cuenta que optó por “conservar la propiedad de su compañía” luego de asumir el cargo, según el texto de la demanda, que fue publicado por el diario The Washington Post.

El fiscal general de Washington DC, Karl Racine, dijo en una conferencia de prensa que la demanda se presentó ante un tribunal federal por una “flagrante violación” por parte de Trump de las cláusulas constitucionales contra la influencia del dinero de intereses extranjeros o nacionales. Los fiscales generales consideran que “nunca antes en la historia del país” un presidente había tenido una conjunción tan grande de intereses económicos de los que no se ha desvinculado, y que esto pone “la democracia en riesgo”. Su par en Maryland, Brian Frosh, dijo que esperan que eventualmente los tribunales o la Corte Suprema de Justicia sienten precedente en este caso y que se determine por ley que Trump debe hacer más para separarse de sus negocios. Antes de llegar a la Casa Blanca, Trump anunció que se desvinculaba de su imperio empresarial renunciando a todas sus responsabilidades en la Trump Organization, que quedó a cargo de sus hijos mayores Donald Jr y Eric. Sin embargo, el presidente no está del todo al margen ya que, entre otras cosas, sigue recibiendo actualizaciones de los estados financieros.

Racine y Frosh consideran que Trump está violando las cláusulas de remuneraciones de la Constitución, ya que gobiernos como el de Arabia Saudita están “endulzando” sus relaciones con la administración republicana mediante el gasto de miles de dólares en los hoteles de Trump, como el Trump International Hotel, muy próximo a la Casa Blanca, en el centro de Washington. Los fiscales también mencionan pagos de Georgia, Kuwait y Turquía, también mediante reservas en hoteles y la contratación de espacios para actos. Además, la demanda dice que Trump “socavó la integridad del sistema político estadounidense” al “involucrarse profundamente con una legión de actores gubernamentales extranjeros y nacionales” mediante la posesión de una multinacional.

El caso todavía debe ser admitido a trámite por un juez federal. Si se permite que el caso prosiga, uno de los primeros pasos será exigir la publicación de las declaraciones de impuestos personales de Trump para medir el alcance de sus negocios en el extranjero. El presidente se negó a publicar ese documento en innumerables ocasiones durante la campaña, a pesar de que es algo que suelen hacer los candidatos presidenciales. Si la demanda avanza, sus abogados no tendrán otra opción.

“Este caso es, en su esencia, sobre el derecho de los habitantes de Maryland, los residentes de Washington DC y todos los estadounidenses a tener un gobierno honesto”, dijo Frosh ayer. Insistió en que para conocer la magnitud de las violaciones constitucionales de Trump habrá que ver “sus registros financieros” y “sus impuestos que se ha negado a divulgar”. En tanto, Racine dijo que se sentía obligado a demandar a Trump porque el Congreso, controlado por los republicanos, no tomó en serio los conflictos de intereses del presidente cuando empezaron a aflorar.

No es la primera vez que la familia Trump está bajo la lupa por posibles conflictos de intereses. Muchos han cuestionado también el boom que tuvo en los últimos meses la empresa de vestimenta y accesorios de Ivanka Trump, que además de ser la hija mayor del presidente estadounidense, se convirtió en una de sus principales asesoras.

En abril, la compañía –valuada en 50 millones de dólares– obtuvo la aprobación provisional del gobierno chino de tres marcas registradas. Según la agencia AP, esta decisión fue tomada el mismo día que el presidente de China, Xi Jinping, visitó a Trump en Florida, en un encuentro al que también asistieron Ivanka y su marido, Jared Kushner. La web de moda Lyst asegura que febrero fue el mejor mes para la empresa de Ivanka: las ventas aumentaron 771% respecto del mismo mes de 2016. Coincidió con el episodio en el que la consejera del mandatario Kellyanne Conway dijo durante una entrevista en la cadena Fox: “Vayan y compren productos de Ivanka. Los pueden encontrar online. Es una línea realmente hermosa”.