A medida que avanzaba ayer el escrutinio de las elecciones del domingo en cuatro estados mexicanos, se perfilaban los ganadores y surgían las primeras reacciones. Según los números oficiales, con 97% de los votos escrutados, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) logró ganar la gobernación del estado de México, tal como lo ha hecho en los últimos 90 años. Su candidato, Alfredo del Mazo, hijo y nieto de gobernadores, obtuvo 33,7% de los votos, siempre según el recuento oficial parcial. Su principal rival, Delfina Gómez, la candidata del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), de izquierda, le pisaba los talones con 30,8% de apoyo. En tercer lugar aparecía Juan Zepeda, del Partido de la Revolución Democrática (PRD), con 17,8%.

El dirigente de izquierda Andrés Manuel López Obrador, fundador de Morena y probable candidato a la presidencia en las elecciones de 2018, no reconoció la derrota en ese estado clave –el que tiene el mayor padrón electoral–, ni lo hizo su candidata. Todo lo contrario. “Sostengo que ganamos en el estado de México”, dijo López Obrador el domingo de noche. “Vamos a defender acta por acta, casilla por casilla; no vamos a claudicar”, agregó.

El dirigente se declaró “orgulloso de lo que hicieron los ciudadanos, pese a ser una elección amañada”. Ayer Morena volvió a reclamar la victoria en ese estado y anunció que hoy pedirá el recuento total de los votos. Uno de los argumentos que presentará es que la diferencia de votos entre Del Mazo y Gómez es menor que el número de votos anulados, que es de 176.157. Además, según informó el diario La Jornada, el partido manifestó que hay inconsistencias entre las actas electorales que tiene Morena y los reportes oficiales de resultados, que le atribuyen menos votos.

Por su parte, la candidata de Morena, Gómez, aclaró que esta vez no se preparan protestas en las calles, como las que surgieron cuando López Obrador perdió las elecciones de 2006 con Felipe Calderón por una escasa diferencia, sino que se presentarán recursos ante las autoridades para impugnar los resultados.

En el estado de Coahuila, los resultados parciales también le daban la victoria a un candidato a gobernador del PRI, Miguel Riquelme, con 38,30%, seguido por su rival Guillermo Anaya, postulado por una alianza entre el Partido Acción Nacional (PAN) y el PRD, que tuvo un apoyo de 36,81%. El candidato de Morena, Armando Guadiana, aparecía en tercer lugar con 12,05%.

También en Coahuila fueron puestos en duda los resultados, en este caso por parte del PAN. Según informó La Jornada, un vocero local de ese partido, Jorge López, pidió al Instituto Nacional Electoral que actúe como autoridad en ese estado en sustitución del Instituto Electoral de Coahuila, y afirmó: “El PAN ganó la elección a la buena en Coahuila. A la mala nos la quieren quitar; no vamos a permitir que se roben esa elección”.

También en Nayarit se elegía gobernador. En ese estado, el candidato propuesto por una coalición formada por el PAN, el PRD, el Partido Revolucionario Socialista y el Partido del Trabajo, Antonio Echevarría, que reunió 38% de los votos, le quitó la gobernación al PRI, que compitió en coalición con el Partido Verde Ecologista de México y Nueva Alianza, y quedó segundo, con 27%. Otra elección del domingo fue la de Veracruz. En este caso no se elegía gobernador sino alcaldías y ayuntamientos, y también allí la organización política más votada fue la alianza entre el PAN y el PRD.