El juez del Supremo Tribunal Federal de Brasil (STF) Edson Fachin decidió que enviará a la Cámara de Diputados la denuncia de corrupción contra Michel Temer, lo que pone en marcha el proceso que puede conducir a que el presidente sea suspendido por 180 días. El magistrado, que está a cargo del caso, decidió, por razones protocolares, que sea la presidenta del STF, Cármen Lúcia Antunes, quien lo envíe al Parlamento. En esta etapa, Fachin se limitó a tramitar formalmente la denuncia, sin evaluar los fundamentos de la Fiscalía.

Una vez en la cámara baja, el caso debe ser estudiado por la Comisión de Constitución y Justicia, que luego presentará al Plenario un informe con la recomendación de que acepte o rechace la denuncia. A partir de entonces, es el Plenario el que puede permitir, con el voto de dos tercios de sus integrantes, que el STF investigue al presidente.

El oficialismo, que espera que no se reúna esa cantidad de votos en Diputados, sufrió ayer un golpe en la cámara alta. El senador Renan Calheiros, uno de los principales dirigentes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño, al que pertenece Temer, anunció ayer que renunciará al cargo de jefe de bancada porque no quiere ser una “marioneta” del Ejecutivo. El senador dijo que seguir liderando la bancada sería “como aceptar que el partido es ahora un departamento del gobierno”, que promueve “intrigas y provocaciones” contra quienes no siguen “sus dictados”. De paso, Calheiros criticó también la política económica del gobierno, que incluye reformas como la laboral o la jubilatoria, que “solamente imponen sacrificios a los más pobres” y que “favorecerán a los patrones”.