Este lunes se cumplen 20 años de la edición de Harry Potter y la piedra filosofal, el primero de los libros de JK Rowling que le dieron a esa autora británica un enorme éxito internacional, con más de 450 millones de volúmenes vendidos en 79 idiomas. Un éxito multiplicado por las adaptaciones al cine –ahora prolongadas por una nueva serie de films ubicados años antes en el mismo mundo ficticio, cuya primera entrega fue, el año pasado, Animales fantásticos y dónde encontrarlos, de David Yates– y continuado por la obra de teatro Harry Potter y el legado maldito (también de 2016), con su correspondiente edición en libro.

Es bastante sabido que el fenómeno comenzó cuando Rowling era una madre separada, desocupada y deprimida, que 12 editoriales rechazaron aquel primer libro, y que, cuando finalmente Bloomsbury aceptó publicarlo, le indicó que firmara con iniciales, alegando que los varones jóvenes, público probable de la obra, seguramente no querrían leerla si estaba claro que la había escrito una mujer. También son muy conocidos los argumentos de quienes la consideran bastante limitada desde el punto de vista literario, y los de quienes la elogian por haber logrado que una enorme cantidad de niños y adolescentes de todo el mundo se apasionara por extensas novelas sin ilustraciones. Pero parece claro que lo logrado por Rowling no es explicable por una mezcla de casualidades y marketing.

Por supuesto, habrá reediciones especiales conmemorativas y una serie de festejos en numerosos países. En Uruguay, hoy y mañana, se realizarán recorridas vespertinas por la residencia del embajador británico, ambientada para la ocasión y con actividades alusivas. Participarán unas 500 personas, a las que se les pidió que fueran disfrazadas, seleccionadas entre más de 1.000 que se inscribieron y presentaron un breve mensaje en el que explicaban por qué les gusta Harry Potter.