El líder de los ucranianos pro rusos de la autoproclamada República Popular de Donetsk, Alexandr Zajárchenko, anunció la fundación de un nuevo Estado en el este del país, llamado Malaia Rossia o Malorrusia, según las distintas traducciones, nombres que varios medios internacionales tradujeron como Pequeña Rusia. Zajárchenko hizo este anuncio públicamente en una plaza central de Donetsk, región que el gobierno de Ucrania todavía considera una provincia de ese país. Allí propuso “refundar” Ucrania y llamó a otras provincias a unirse, según informaron Agencia de Noticias de Donetsk y varios medios rusos.

La provincia de Donetsk y la de Lugansk se proclamaron independientes durante la crisis generada por la salida del poder del ex presidente ucraniano Víktor Yanukovich, en 2014, y manifestaron su voluntad de unirse al territorio ruso. Ambas se enfrentaron en varias oportunidades con el Ejército ucraniano, que intentó recuperar el dominio de la zona.

La ciudad de Donetsk pasaría de ser la capital de la provincia homónima a convertirse en la de Malaia Rossia. La creación del nuevo Estado, explicó Zajárchenko, se debe a que “el régimen de Kiev no es capaz de acabar con la guerra civil” y a que “Ucrania ha demostrado ser un Estado fallido”, por lo cual su situación y la del conflicto en el este del país “ha llegado a un callejón sin salida”. Malaia Rossia, agregó, es “un Estado joven e independiente” en el que entraría en vigor un régimen de excepción durante tres años, algo que considera necesario por “el posible caos y desintegración y la posibilidad de que se desate ‘una guerra de todos contra todos’”. Según el cronograma de Zajárchenko, en los próximos tres años se trabajará en la redacción de una nueva Constitución con personas elegidas “en todas las regiones”. La nueva carta magna será sometida a votación en un referéndum después de “una amplia discusión social tanto a nivel regional como federal” al cabo de estos tres años.

El viceprimer ministro, Alexandr Timofeev, agregó que Malaia Rossia se integrará a la Comunidad de Estados Independientes, restablecerá relaciones con Moscú y “celebrará conversaciones tripartitas con Rusia y la Unión Europea”.

El anuncio puso sobre alerta al Grupo de Minsk, el único foro en el que se mantienen negociaciones entre el gobierno de Ucrania y los separatistas, con la presencia de Rusia. Por separado, los gobiernos ruso y ucraniano rechazaron la creación del nuevo país y advirtieron que esa acción es contraria a los acuerdos de Minsk. Una primera versión de ese acuerdo se firmó en 2014 y, después de que fracasara, se firmó otra en 2015. Esta última tenía como punto central una reforma de la Constitución ucraniana dirigida a brindarles más autonomía a las regiones separatistas a cambio de que estas se mantuvieran como territorio ucraniano. Sin embargo, la reforma nunca se alcanzó y los combates se mantuvieron, aunque en menor intensidad, pese a que el acuerdo incluía un alto el fuego. Tampoco se cumplió con el retiro de todos los combatientes extranjeros del conflicto, especialmente de los rusos instalados en Donetsk.

Pese a las advertencias, Timofeev dijo que las propuestas del gobierno de Donetsk no contradicen los acuerdos de Minsk. “De hecho, son su cumplimiento: en Minsk no se define cómo debe llamarse el país, sino a la integridad de las fronteras y la soberanía; pues bien, declaramos la soberanía y la integridad de las fronteras”, dijo, obviando que el acuerdo se refiere a Ucrania y no a este nuevo país, Malaia Rossia.

El presidente ucraniano, Petro Poroshenko, aseguró que Kiev responderá con la “recuperación del control” de las provincias de Donetsk y Lugansk así como de Crimea, ya anexionada a Rusia.

Por su parte, Rusia dio a entender clara y rápidamente que no está detrás de la iniciativa de Zajárchenko y de que se enteró mediante los medios de comunicación. Aun así, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que el asunto “debe ser analizado”.