El ex candidato a la presidencia de Francia Benoît Hamon abandonó el Partido Socialista (PS) para crear su propio movimiento, luego de la dura derrota que sufrió en las elecciones. Unos días antes, dejó el PS el ex primer ministro Manuel Valls, quien anunció que se unirá a La República en Marcha (LRM), la organización política del nuevo presidente francés, Emmanuel Macron. La partida de dos figuras socialistas importantes terminó de erosionar al PS francés, que busca reformarse.

En menos de una semana, el PS francés perdió a dos de sus pesos más pesados: el martes 27 abandonó sus filas el líder del ala más derechista del partido, Valls, y el sábado desertó Hamon, que se posicionaba a la izquierda. Ambos fueron los finalistas de las primarias socialistas que, para sorpresa de todos, terminó ganando Hamon. Pero su campaña electoral fue sobria y rápidamente perdió fuerza en los sondeos de intención de voto. Finalmente, fue eliminado en la primera vuelta de las presidenciales al obtener apenas 6% de los votos. Más allá de que Hamon era un candidato impopular, parte de su derrota era previsible si se tenía en cuenta la profunda crisis interna que el PS arrastraba desde hacía meses.

Hamon recibió un último golpe en las legislativas de junio, en las que no logró ser elegido diputado. Fue el impulso que, tal vez, necesitaba para tomar la decisión de abandonar el partido en el que militó durante los últimos 30 años y formar un movimiento de “reconstrucción de la izquierda”, según explicó el propio dirigente, que había llegado a ser ministro de Educación en el gobierno de François Hollande. “Hoy he decidido irme del Partido Socialista. Pero no abdico del ideal socialista. Dejo un partido, pero no el socialismo ni a los socialistas. Seré más útil afuera”, dijo el sábado en el acto de lanzamiento del que bautizó “Movimiento del 1º de Julio”. Al acto político asistieron 8.000 personas, según calculó el diario Le Monde, aunque para los organizadores fueron cerca de 11.000.

Primero que nada, el ex candidato presidencial insistió en la dimensión “personal” de su decisión y aclaró que no pretende dividir a los socialistas. “No he dado ninguna instrucción a mis amigos que permanecen en el PS. Esto no es un bloque que se desprende, es mi decisión”, enfatizó, antes de agregar que su partida “no es un divorcio”, que no está “enojado” con nadie y que simplemente es “una nueva etapa”. Todo esto porque “debe haber socialistas en la gran reconstrucción de la izquierda” que, a su entender, empieza a dibujarse en el país.

El ex ministro también dedicó parte de su discurso a atacar al partido de Macron, que presentó como una “alianza” formada por “una minoría social” que abarca “la vieja burguesía y la nueva burguesía”. Por eso, explicó, el objetivo de su organización política será “que la mayoría social se convierta en una mayoría política de aquí a cinco años”. A la vez, anunció que el punto de partida del Movimiento del 1º de Julio será una reunión de “estructura” y “de organización” que tendrá lugar en las próximas semanas. El siguiente paso será evaluar el “estado general de toda la izquierda” francesa para crear un frente “común” de cara a las elecciones municipales de 2020, adelantó.

Cuatro días antes, Valls también anunció su salida del PS aunque, en su caso, lo hizo para pasarse al bando del nuevo presidente. “Por coherencia, quiero estar en el centro de esta mayoría [de Macron]. Se acaba una parte de mi vida política [...] Dejo el Partido Socialista o el Partido Socialista me deja”, dijo a la radio RTL. El dirigente afirmó que después de la secuencia electoral de los últimos meses y 37 años de militancia socialista, decidió “pasar de página”. Agregó que veía “con mucha tristeza y con mucha amargura” en qué se convirtió el PS, y aseguró que su único objetivo, de ahora en más, será “el éxito del quinquenio y el éxito de Francia”.

Consultado sobre el fracaso del PS en las elecciones, opinó que tuvo que ver “en parte” con el hecho de que “la izquierda no asumió la coherencia” de las reformas hechas por los gobiernos de Hollande en los que él participó, primero como ministro del Interior y luego como primer ministro. Su anuncio no sorprendió a nadie: dos semanas después de las elecciones, Valls había dicho que el PS estaba “muerto”, que debía “superarse”, y anunció su intención de presentarse como candidato a las legislativas por LRM, algo que finalmente no pudo concretarse.

El sábado de noche, el primer secretario del PS, Jean-Christophe Cambadélis, salió en defensa de su partido en Twitter: “Valls se va, Hamon también. Yo me quedo, porque el Partido Socialista refundado es la izquierda que se viene”. El ex ministro de Agricultura Stéphane Le Foll también fue optimista en declaraciones a Le Monde: “¿Con qué frecuencia se anunció la muerte del PS? Ahora se encuentra en muy mal estado, pero hay muchas cosas que hacer”. Se espera que la primera de esas “cosas” tenga lugar este sábado, cuando se desarrolle el Consejo Nacional del partido para elegir a la nueva dirección.