La fiscalía de Francia pidió ayer tres años de cárcel para el vicepresidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang Nguema Mangue, más conocido como Teodorín. El apodo ayuda a distinguirlo de su padre, Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, que es presidente de su país desde 1979.

La Justicia francesa investiga a Teodorín desde hace una década. Ayer el fiscal del Tribunal Correccional de París, Jean-Yves Lourgouilloux, aclaró que “lo que se juzga no son infracciones cometidas en Guinea Ecuatorial”, sobre las cuales “Francia no tiene competencias”, sino una acusación de blanqueo de capitales que provienen de “la corrupción, de la malversación de fondos públicos”, delitos cometidos en el país de los Obiang. “No se puede aceptar que Francia sea una especie de paraíso judicial” en el que “se podría disfrutar del producto del delito [...] con total impunidad”, agregó el fiscal, de acuerdo con la agencia de noticias Efe.

Según la investigación, el supuesto blanqueo de capitales implicó la compra de bienes por unos 170 millones de dólares, cuya confiscación pidió ayer la fiscalía. Se trata de autos de lujo, una colección de arte y un pequeño palacio de 1.000 metros cuadrados en París, entre otras compras. Los abogados de Teodorín argumentan que el tribunal fue parcial durante todo el proceso.