El sanatorio Canzani, del Banco de Previsión Social (BPS), está en plena reestructura. Eso responde a los cambios generados tras la puesta en marcha del Sistema Nacional Integrado de Salud (SNIS), en 2008: antes de esa fecha nacían allí, en promedio, casi 5.000 niños por año, y en 2015 nacieron poco más de 200, puesto que muchas de las usuarias que antes contaban con ese beneficio por las asignaciones familiares pasaron a tener cobertura médica por el SNIS. Por eso, en junio de 2016, luego de una dura negociación que implicó la participación del Ministerio de Salud Pública (MSP), se cerró la maternidad del Canzani. Se acordó, no obstante, mantener la Policlínica de Alto Riesgo Social y potenciar el Centro de Referencia Nacional de Defectos Congénitos (Crenadecer). Los ginecólogos permanecieron trabajando en tres servicios: la policlínica de alto riesgo obstétrico, el servicio de ecografía y la Unidad de Medicina Embrio Fetal y Perinatal (Umefepe).

Graciela Melgarejo, ginecóloga del Canzani, explicó a la diaria que en diciembre de 2016 comenzaron a discutir las propuestas para adaptarse a la nueva situación; integrantes de la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS), del Sindicato Anestésico Quirúrgico (SAQ), que representa a los ginecólogos, y del BPS se reunieron en la Dirección Nacional del Trabajo (Dinatra), pero no llegaron a ningún acuerdo y se suspendieron las reuniones. En junio, el BPS intimó a los ginecólogos a cambiar su régimen horario y hacer 30 horas, de lunes a viernes, en horario de policlínica, cuando hasta ahora tenían sus jornadas concentradas en guardias, que podían ser, por ejemplo, de 24 horas. Denunció que desde junio han renunciado dos ginecólogos –de unos 14–, pero el planteo va más allá de lo laboral, puesto que, según adelantó el BPS a la ATSS el 7 de julio, la intención es que desaparezca la Policlínica de Alto Riesgo Social. “Con el MSP se acordó el potenciamiento de los servicios, no un cierre”, reclamó la ginecóloga, que subrayó que el Canzani está en condiciones de crecer en servicios ginecológicos que no se brindan en otros lados.

La primera semana de julio la mayoría de los ginecólogos (los afiliados al SAQ) trabajaron con medio horario, y desde el lunes 10 están de huelga.

María del Rosario Oiz, directora del BPS, dijo a la diaria que en octubre de 2016 el directorio resolvió los cambios a implementar en el Canzani y que “nadie impugnó”. Comentó que se ha logrado la reasignación de tareas con otras especialidades –parteras, auxiliares de enfermería, nurses, pediatras–, pero que los ginecólogos no estuvieron de acuerdo. Agregó que los profesionales universitarios deben trabajar 35 horas y estar cinco horas a la orden, y que les ofrecieron 30 y no quisieron. Desde la vereda de enfrente, Verónica Miranda, vicepresidenta de ATSS, dijo a la diaria que “a los ginecólogos se les impone un régimen de 30 horas”, pero que hay otros profesionales, como los cirujanos, que trabajan dos horas por semana, mientras que otros cumplen “15, 18 o 24 horas”. Por eso, acusó a Oiz de estar “faltando a la verdad con propósito de engaño”.

Según Oiz, el servicio más afectado es la Umefepe, y aclaró que sí están trabajando los ginecólogos que no están afiliados al SAQ. “Tenemos resentido el servicio, pero no hay ningún problema asistencial”, aseguró. Destacó, además, que el Crenadecer no se está viendo afectado. Sin embargo, desde hoy no se harán más cirugías, confirmaron a la diaria Miranda y Melgarejo; la medida estaba incluida en la resolución del SAQ del 11 de julio, cuando se dispuso declarar la huelga de los ginecólogos e “incorporar progresivamente” a las medidas al resto de las sociedades que integran el sindicato.

Miranda reprobó “el desconocimiento tácito de ámbitos de negociación colectiva” que está haciendo el BPS. Reclamó que el organismo cerró la maternidad hace un año y no le adjudicó tareas al personal afectado, y que ahora, un año después y sin negociación, contacta personalmente a cada uno de los trabajadores para modificar el horario que tienen desde hace muchos años, entre diez y 40, dijo.

La ATSS niega, además, que se esté potenciando el Crenadecer. Detalló que el centro atiende seis enfermedades raras, entre ellas la epidermólisis bullosa (piel de cristal), y que hace un año que se jubiló la dermatóloga que atendía esos casos. Desde entonces, el puesto está vacante.