La Comisión Europea lanzó una serie de mensajes a Estados Unidos en protesta contra las sanciones a Rusia que pueden afectar a sus propios intereses. Aun así, están lejos de ser mensajes amenazantes y no cuestionan la situación actual de beligerancia de Washington hacia Rusia.

La Cámara de Representantes estadounidense ratificó la decisión del Senado de aumentar y elevar a la categoría de ley las sanciones a Rusia por sus actuaciones en Ucrania y Siria, así como por su supuesta injerencia en las elecciones presidenciales de 2016.

Estas nuevas sanciones pueden afectar de manera negativa a Europa en varios aspectos. Uno de ellos sería la cuestión del transporte del gas a través de gasoductos desde el Cáucaso hasta Europa, ya que hay una enorme extensión entre ambos puntos que pertenece a Rusia. El mismo peligro corren los transportes gasísticos del Báltico, lo que podría influir en la marcha económica de los pequeños estados de esas zonas. “[Las sanciones] podrían afectar infraestructuras de transporte energético a Europa, por ejemplo el mantenimiento y mejora de gasoductos en Rusia que alimentan el sistema gasístico de Ucrania”, manifestó la Comisión Europea. Otro de los asuntos en los que Europa podría salir comprometida es el de las inversiones y proyectos que comparten conjuntamente algunas empresas rusas y europeas en lugares como el llamado “Corredor del Sur”, en el mar Caspio, y en la costa de Egipto.

Un documento al que accedió el diario madrileño El País relata la supuesta estrategia que contempla la Comisión Europea para este asunto. En un primer momento se buscarán garantías por parte de los más altos cargos de administración estadounidense. Si aun así no se obtuviese ningún tipo de compromiso de Estados Unidos, la Comisión acudiría a la Organización Mundial del Comercio (OMC) en busca de una intervención que asegurara los intereses europeos contra las posibles sanciones que ambos países puedan imponerse mutuamente. A esto se suman las investigaciones en curso por elusión fiscal a multinacionales estadounidenses como McDonald’s, Apple y Google en tribunales europeos. Ante esto, Estados Unidos protestó ya durante la presidencia de Barack Obama y amenazó con poner aranceles al acero europeo.

Si bien los roces diplomáticos son cada vez más frecuentes entre la Unión Europea (UE) y Estados Unidos, las teorías sobre una posible guerra comercial entre ambos parece todavía fuera de lugar y una opción muy lejana, ya que tal y como declaró el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, la UE “está totalmente comprometida con el régimen de sanciones a Rusia”. Pero agregó: “Sin embargo, la unidad del G7 en las sanciones y la coordinación entre los aliados son claves para asegurar la aplicación de los Acuerdos de Minsk [el acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania]. La ley de Estados Unidos podría tener efectos unilaterales indeseados con impacto sobre los intereses energéticos de la UE. Por eso, la Comisión Europea concluyó que estamos listos para actuar en cuestión de días. El America first no puede significar que los intereses de Europa son lo último”.