La premisa que tenía Wanderers ayer era la de ganar y esperar lo que pasara en el Tróccoli. Los bohemios tenían la chance intacta de ser el otro finalista del Intermedio si ganaban y si Nacional caía en el oeste de Montevideo. Pero eso no se dio, aunque el equipo de Jorge Giordano cumplió con su parte y ganó su partido como se lo propuso. Le costó, no fue fácil, pero el bohemio pudo más y sigue sumando puntos importantes en la Anual, que es la tabla que determinará al final de la temporada las clasificaciones para los torneos internacionales del año que viene.

Con la satisfacción del deber cumplido en la primera mitad del año, el equipo albinegro comenzará sus vacaciones y pensará en lo que viene. Ya se sabe que jugadores de la columna vertebral del esquema del entrenador floridense no estarán, y eso modificará el panorama con vistas al Clausura.

Este Wanderers sabe bien a lo que juega; es uno de los sistemas tácticos más aceitados del campeonato uruguayo, y eso se refleja en la cancha. Un 4-1-2-3 es la receta que aplica un equipo ofensivo, solidario en sus líneas, rápido y con mucha tenencia de balón. Quizá en estos últimos partidos el punto débil fue la defensa, que por momentos no pudo cerrar en contragolpes en contra, lo que pagó caro. La victoria de ayer ante la IASA tuvo varios momentos que pendieron de un hilo, aun cuando el equipo buzón quedó con nueve hombres en el campo por la expulsión de Joaquín Pereyra en el primer tiempo y de Julián Perujo en el complemento.

De arranque avisó el equipo del argentino Damián Timpani. Cristian Souza se filtró en el área, recibió un certero pase de Perujo y castigó con un bombazo de rosca, que el arquero Martín Rodríguez tapó a mano cambiada con un gran gesto técnico. Fue sólo un susto, porque Wanderers se acomodó, se fue por la banda y encontró el gol. Una falta al borde del área, del estilo córner corto, generó un centro de Manuel Rivero y un cabezazo al gol –cuándo no– del tremendo artillero Cristian Palacios. El oriundo de Belén llegó a los 19 tantos en el Campeonato Uruguayo, del que es el máximo goleador. Palacios jugó ayer su último partido con la casaca albinegra. El dueño de la ficha del jugador es Peñarol, que en principio pretende venderlo al exterior.

Luego del gol el juego se hizo muy trabado. La IASA tuvo buen pie para manejar la pelota, pero le costó acomodarse en la línea final para lastimar el arco bohemio. Para peor, cerca del final, Pereyra vio la segunda amarilla y dejó a su equipo con uno menos. El venezolano Heber García, de gran partido en el ataque, tuvo que bajar para reforzar la mitad del campo, y su equipo conformó un 4-4-1. El segundo tiempo fue otra historia: nuevamente los buzones fueron más y se acercaron con ímpetu. Esta vez la defensa local pudo cerrar algunos espacios y la seguridad de Martín Rodríguez fue fundamental para que su valla no cayera. Cuando parecía que la IASA se acomodaba, otra vez arroz. Perujo le entró duro a Palacios y el árbitro Jonathan Fuentes lo expulsó. Entre borbollones y una agresión al juez, Perujo se retiró, en una reacción que no es para nada habitual en él.

Ya con dos jugadores más en la cancha, Wanderers se fue con todo arriba para liquidarlo antes, pero le costó. Incluso los naranjas tuvieron alguna chance para empatarlo, de no ser por intervenciones del golero bohemio. En el final, con todo el pescado vendido, Gonzalo Camargo bajó en el área a Manuel Castro. Fue un claro penal que cambió por gol el Chapita Sergio Blanco, quien llegó a su gol número 100 con la casaca albinegra, y va camino a ser el goleador histórico del club. Le faltan cuatro para alcanzar a Óscar Chelle, delantero que jugó con la casaca albinegra en la década del 40.