Ocurrió otro suicidio en una cárcel uruguaya. Fue en el ex Comcar. Tenía 27 años, pareja y un hijo. Era primario, había caído preso hacía cinco meses, estaba en el módulo 11 de una de las cárceles más grandes del país. Más allá de las causas, de los motivos, de cómo se podría haber evitado, el caso deja de ser puntual cuando se miran las cifras de muertes violentas en cárceles en lo que va del año. Ocho suicidios, ocho homicidios, que sumados a diez muertes ocurridas por enfermedad, dan un total de 26 fallecimientos en los recintos del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR). “En ningún caso se permitirá que las cárceles sirvan para mortificar, y sí sólo para asegurar a los procesados y penados, persiguiendo su reeducación, la aptitud para el trabajo y la profilaxis del delito”, mandata el artículo 26 de la Constitución de República.

La tendencia no difiere mucho de lo que ocurrió en 2016. Según el informe anual del Comisionado Parlamentario para el Sistema Penitenciario, en 2016 murieron 47 personas en las cárceles: 32 de ellas fueron muertes violentas (16 homicidios, 13 suicidios y otros tres casos relacionados con accidentes y agresiones). En su informe, Juan Miguel Petit, comisionado parlamentario, consignó que en las cárceles hay 20 veces más homicidios y seis veces más suicidios que en la sociedad abierta. Esto no es casual ni inevitable. El propio informe señala que “el origen de la violencia, como en otros ámbitos, es la ausencia de contenidos que dignifiquen la cotidianidad. La falta de actividades, de horizontes, de propuestas capaces de generar proyectos de vida y de espacios físicos adecuados, genera odio compulsivo y fricciones constantes que vuelven un infierno la convivencia con los demás”. En alusión al mandato constitucional, el texto asegura que la “cárcel no tiene que ser necesariamente sinónimo de violencia o de muerte. Debería serlo de educación, de oportunidades, de restauración, de procesos de integración”. la diaria intentó, sin éxito, comunicarse con las autoridades del INR.

Según informó Subrayado, se produjo además otra muerte en el ex Comcar. Fue en el Módulo 6. Las autoridades del INR dijeron al informativo que la pericia forense indicó que se trató de un infarto. El hombre era fajinero y tenía 54 años. Fue hallado por el llavero, cuando estaba repartiendo medicación. Según pudo saber la diaria, este fallecimiento ocurrió el viernes 11.