A principios de agosto, en medio del tsunami de repercusiones que tuvo la Propuesta didáctica para el abordaje de la educación sexual en Educación Inicial y Primaria, el arzobispo de Montevideo, Daniel Sturla, había informado que la iglesia católica iba a presentar una “propuesta alternativa” a esa guía. Agregaba que se trataría de una “propuesta laica”, sin “ninguna mención a Dios”, pero “claramente inspirada en valores cristianos”, y que apuntaría “al desarrollo integral de la persona, que abarca aspectos biológicos, psicológicos, sociales y espirituales”.

Así las cosas, la iglesia católica presentó ayer el curso online y gratuito “Aprender a amar”, una “propuesta de educación afectivo-sexual para padres y docentes” que consta de nueve módulos temáticos, con un máximo de cinco videos cada uno, de cerca de 15 minutos. La docente principal del curso es la psicóloga argentina Liliana Olivieri, quien en el video introductorio dijo que “la vocación primordial de la persona es el amor”, entonces, “nosotros, cuando hacemos educación sexual, vamos a enseñar a amar”. Además, se preguntó quién no quiere “amar para siempre”. “Cuando yo me enamoro perdidamente, quedo subyugada con esa fantasía de perfección. Todo va a ser maravilloso, jamás se me ocurriría decir ‘quiero enamorarme por un rato o por seis meses’”.

Consultada por la diaria, Olivieri señaló que con un equipo de varias personas –médicos, antropólogos y pedagogos– escribieron durante dos años una colección de 15 libros destinados a la educación inicial, primaria y secundaria, titulada Aprender a amar. Se la mostraron a “gente de Uruguay” a la que “le gustó mucho”, y hace un año los llamaron del Departamento de Comunicación Social de la iglesia católica para que grabaran los nueve videos que formarán parte de este curso. Por lo tanto, la guía de Primaria que armó tanto revuelo no fue la que impulsó esta movida. De hecho, la psicóloga dijo de esa guía que no la conoce “a fondo” ni la vio en papel.

Olivieri le subrayó a la diaria que ella es “laica” y que es natural pensar de formas distintas sobre la educación sexual, ya que “es un tema muy sensible”, y que por eso no quiere “hacer un Nacional-Peñarol” con el tema, porque trabaja “en positivo”. Además, señaló que el curso no es “alternativo a nada”, sino “simplemente, una propuesta”. No obstante, la psicóloga indicó que “hay una distancia y muchas diferencias” con “la perspectiva de género”, y afirmó que el curso “jamás pasa a proponer el aborto y la eutanasia”, pero sí trata los anticonceptivos y la prevención del embarazo adolescente. Sobre el aborto, agregó: “No lo proponemos como una alternativa ni lo promocionamos. Simplemente, explicamos lo que es, de manera escueta. La idea no es enjuiciar a nada ni a nadie, sino proponer otras cosas”. Además, dijo que “la existencia de la vida desde la concepción, dentro de la antropología que contiene la naturaleza humana, es una realidad”.

Para Olivieri, una persona “nace varón o mujer, más allá de la condición en la que quiera vivir cuando sea adulta”, por lo tanto, un varón “que adhiera a la condición homosexual es un varón que adhiere a la condición homosexual y que está ejerciendo sus derechos, nada más”. “La perspectiva de género quizás te pueda decir que no es varón sino una mujer; no sé cómo lo dicen, porque tampoco soy experta en género”, señaló la especialista, que al ser consultada por la postura del curso sobre las personas transexuales, dijo: “Ni siquiera los menciono”.

La psicóloga también dijo que el curso tiene una mirada desde una antropología “que cree en una persona biopsicoespiritual –que tiene cuerpo y espíritu– desde la concepción hasta su muerte natural”. Por último, señaló que escucha que por lo general a los adolescentes de 14 años les dicen que tengan sexo mientras usen protección, pero ella ve “cómo crecen las infecciones de transmisión sexual, la ignorancia y el embarazo adolescente”, y, por lo tanto, “promovería la abstinencia”.