Cantidad de votos en el total del país, número de provincias en las que un partido ganó o perdió, la proyección del próximo Congreso, los votos en Buenos Aires. Esas son algunas de las formas de medir los resultados de las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del domingo, en las que el gobierno parece haber conseguido una victoria, aunque todavía falta saber qué pasó en la provincia de Buenos Aires.

Después de festejar en la noche del domingo lo que parecía un triunfo, el gobierno tuvo que reconocer ayer que en la provincia de Buenos Aires había un empate virtual y que podía haber perdido en ese distrito. El encargado de reconocerlo públicamente fue el secretario de Asuntos Políticos e Institucionales del Ministerio del Interior, Adrián Pérez, que en la madrugada de ayer dio entrevistas a los varios medios que seguían esperando los resultados definitivos. Además de decir que el resultado era incierto, Pérez informó que hoy comenzará el escrutinio definitivo y que “a fines de la semana próxima” se conocerá la votación final en la provincia de Buenos Aires y en el resto del país.

Con 95,68% de los votos escrutados, en la elección al Senado Cambiemos tenía 34,19% y Unidad Ciudadana 34,11%, una distancia de 6.915 votos. La diferencia entre Esteban Bullrich y Cristina Fernández, cabezas de lista al Senado, era muy estrecha, pero también fue ajustado el resultado de la elección a Diputados, en la que la edila Graciela Ocaña, en representación de Cambiemos, le ganó por 2,21% a la economista kirchnerista Fernanda Vallejos, que se convirtió en una cara conocida recién en esta campaña electoral.

El kirchnerismo acusó al gobierno de demorar la incorporación a los resultados oficiales de los de la votación en aquellas zonas en las que sus candidatos suelen ganar, como el distrito de La Matanza, para que Bullrich apareciera como virtual ganador del domingo. Por su parte, el gobierno se defendió asegurando que los datos se fueron cargando a medida que surgían del conteo de los votos y que es usual que el escrutinio se demore, y que lo excepcional en este caso fue que la distancia fuera tan corta.

Ayer Fernández insistió en que su formación, Unidad Ciudadana, ganó las elecciones y, en un comunicado, aseguró: “No vamos a parar hasta que se cuenten todos los votos, porque sabemos que hemos ganado”. La ex presidenta agregó: “Perdieron el plebiscito sobre el ajuste y pretenden manipular el resultado”. Por parte del oficialismo, fue Vidal la que salió a celebrar la votación obtenida por Cambiemos. “El cambio creció”, aseguró, antes de agregar: “Hicimos una gran elección”.

Bullrich llegó a este empate en la provincia de Buenos Aires en una campaña que el gobierno nacional y el bonaerense se pusieron al hombro. Así alcanzó poco más de un tercio de los votos de la provincia más poblada del país. Esta lectura se puede llevar a todo el territorio nacional. Oficialmente no se informó cuántos votos obtuvo cada partido en el total del país, pero los precandidatos de Cambiemos al Senado lograron casi cuatro millones de votos, y los que se presentaban para la Cámara de Diputados recibieron casi 8,5 millones. Había unos 33 millones de argentinos habilitados para votar y lo hizo 77%, según los datos oficiales, o sea, unos 25 millones de personas. De esta forma, el gobierno habría obtenido en el total del país cerca de un tercio de los votos.

Además, Cambiemos se ve beneficiado por concurrir a las elecciones como una misma alianza en todas las provincias, frente a un peronismo dividido, por lo cual es el único que puede jactarse de haber ganado las elecciones en el total del país. Esto también había sucedido en la provincia de Buenos Aires, donde en 2015 María Eugenia Vidal ganó las elecciones a gobernadora gracias al fraccionamiento del peronismo entre el kirchnerismo, el Partido Justicialista y el Frente Renovador de Sergio Massa. Pese a ello, en estas primarias el oficialismo obtuvo menos votos que los logrados por Vidal en 2015: fueron 39,42% en ese entonces y 34,19% ahora.

De todos modos, los números de las PASO pueden resultar distintos de los de las legislativas parciales de octubre, y es en esa votación que se ponen en juego los escaños. Lo que sí determinaron las primarias del domingo fue que algunos candidatos y partidos quedaran fuera de competencia. Es el caso del político de izquierda Pino Solanas y del dirigente social Luis D’Elía, que compitieron en la provincia de Buenos Aires y que, según el escrutinio parcial, no alcanzaron el 1,5% de apoyo necesario para quedar habilitados a postularse el 22 de octubre. Con más de 95% de los votos escrutados, la candidatura al Senado de Solanas reunía 0,53% de apoyo. Por su parte, D’Elía compitió por el Encuentro Popular por Tierra, Techo y Trabajo (organización que fundó cuando se enteró de que la ex presidenta lo había dejado afuera de su nueva alianza, Unidad Ciudadana) y sólo reunió 0,17% de respaldo para su candidatura a la Cámara de Diputados.

Dominio territorial

En estas primarias, cada partido ganó en una provincia, sin que se dieran resultados cruzados, en los que un partido recibiera más votos para diputados y menos para el Senado. Con los datos de ayer, que atribuían la victoria en la provincia de Buenos Aires al oficialismo –por escaso margen–, Cambiemos ganó en 11 provincias, superando la cantidad de aquellas en las que ganó Macri en el balotaje, en diciembre de 2015. Sin embargo, la composición de la victoria de Cambiemos este domingo es distinta de la de 2015: perdió en La Rioja y Santa Fe, pero ganó en Buenos Aires, Corrientes, Neuquén y Santa Cruz.

Por su parte, el peronismo, representado en el Frente para la Victoria y el Partido Justicialista, ganó en otras 13 provincias, dos más que el macrismo, pero obtuvo un resultado peor que el del balotaje de 2015. El peronismo, además, perdió en seis provincias en las que gobierna.

Entre las provincias en las que ganó el peronismo está La Rioja, donde el ex presidente Carlos Menem, condenado por el tráfico de armas durante su gobierno, lideró la lista al Senado aunque sin que su candidatura estuviera habilitada por la Justicia, en una situación que terminará de resolverse, según está previsto, antes de octubre.

En cambio, en Santa Cruz, la cuna del kirchnerismo, ganó Cambiemos, cuyas listas al Senado y a Diputados obtuvieron alrededor de 45% de los votos ante un Frente para la Victoria que sólo logró 29%. Estas derrotas de líderes territoriales implican que, si los resultados de este domingo se reiteraran en las elecciones legislativas del 22 de octubre, como sucedió en 2013, los líderes partidarios nacionales podrían obtener un mayor control sobre las bancadas del Congreso, en demérito del poder de formaciones locales en las cuales los gobernadores suelen tener mucha incidencia.

Este será uno de los factores que afectarán al futuro Congreso. Si las elecciones del domingo hubieran sido las definitivas, y no primarias, Cambiemos habría aumentado su bancada en ambas cámaras, mientras el kirchnerismo tendría una representación menor. Aun así, el kirchnerismo se mantendría como primera bancada en el Senado y Cambiemos haría lo propio en Diputados. En todo caso, el gobierno seguiría sin contar con la mayoría parlamentaria que le permitiría aprobar leyes en solitario.