Los dichos del ministro de Trabajo y Seguridad Social, Ernesto Murro, sobre la reforma laboral brasileña no pasaron desapercibidos en la Asociación de Trabajadores de la Seguridad Social (ATSS), que mantiene un conflicto con el Banco de Previsión Social (BPS) en algunas de sus dependencias, como el Sanatorio Canzani. “Si vale más un acuerdo individual entre un empleado y un patrón que una ley o que un convenio, retrocedimos dos o tres siglos”, había dicho el jerarca la semana pasada.

En respuesta a los dichos de Murro, ATSS emitió un comunicado en el que señala la “contradicción” en que habría incurrido el ministro. La vicepresidenta del sindicato, Verónica Miranda, denunció que la desregulación de los acuerdos laborales “ya está pasando” en el BPS, especialmente en el área de la salud.

Miranda indicó que desde 2009 existe un artículo, el número 75 del Estatuto del Funcionario del BPS, que tiene prevista la reglamentación “en forma específica [de] la situación laboral de los funcionarios del BPS que desempeñan tareas vinculadas a la salud”, pero que “hasta la fecha no se ha reglamentado”. “Estamos por fuera de algo que fue aprobado por el [Poder] Ejecutivo”, señaló, y agregó que “esto hace que no haya justicia y equidad en la forma de distribuir la carga horaria y las condiciones de trabajo”. El mes pasado, durante distintas instancias de diálogo con representantes del directorio del BPS, las autoridades “verbalizaron claramente que el directorio del Banco no iba a negociar con ningún sindicato, iba a negociar con los trabajadores uno a uno”, aseguró Miranda. Estas conversaciones, sostuvo, se produjeron a raíz de que el BPS “pretendió disminuir la cantidad de ginecólogos que tienen en sus filas”, los mismos con los que negocian “uno a uno”, y esto los llevó a comenzar una huelga por tiempo indeterminado que hoy lleva 30 días.

Miranda también ilustró que desde que se empezaron a hacer arreglos personales que “no pasan por la órbita colectiva”, a varias personas “se les adjudicaron tareas que no son propias de la función para la que fueron contratadas”. La vicepresidenta del sindicato resaltó que no están señalando a los trabajadores que hacen estos arreglos, sino al “escenario general y cómo se posiciona el BPS en relación a la desregulación y flexibilización laboral”. Aseguró además que esta situación “para el país es nefasta y para el movimiento sindical ni que hablar”. “¿Esto no es exactamente lo que está diciendo el ministro Murro de que es retroceder dos o tres siglos?”, se preguntó.

Además señaló que el sindicato hizo una propuesta “que fue acompañada por los representantes del Ministerio [de Trabajo y Seguridad Social]”, que preveía pasar a todos los trabajadores a una media horaria, ya que “95% de trabajadores tiene jornadas de 10, 15 o 20 horas” semanales, según un estudio realizado por el gremio. Esto sería “un régimen transitorio” para que se pueda “trabajar de lleno con la reglamentación del artículo 75”, y luego cada trabajador tendría la carga horaria y las condiciones que se dispongan. Miranda señaló que cuando propusieron esto al directorio del BPS les dijeron “directamente que no, que no lo iban a hacer”.

La directora del BPS María del Rosario Oiz respondió a estas acusaciones y dijo a título personal que no comparte “ninguno de los términos ni las valoraciones que hace el sindicato”. “En Brasil están muy lejos de la realidad uruguaya, y tenemos una conducta absolutamente diferente a lo que expresa el sindicato”, dijo la jerarca a Radio Montecarlo, y agregó que en los próximos días habrá una respuesta de las autoridades de la salud respecto del tema.