“Brasil y Argentina han aplicado una devaluación masiva de sus monedas, algo que no es bueno para nuestros agricultores. Por lo tanto, efectivo inmediatamente, restauraré los aranceles sobre todas las importaciones de acero y aluminio enviadas a Estados Unidos desde estos países”. Con ese mensaje publicado en Twitter el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, sorprendió a los gobiernos de Argentina y Brasil, que reaccionaron anunciando que se comunicarán con el estadounidense para intentar revertir la medida.

En marzo del año pasado Trump anunció que imponía aranceles de 25% sobre las importaciones de acero y de 10% sobre las de aluminio. Lo hizo en el marco de una guerra comercial con China y argumentando que buscaba reducir el déficit comercial estadounidense. En los meses siguientes, tanto Argentina como Brasil lograron concesiones, que ahora, según el anuncio de Trump, se caerían.

Las exportaciones de acero y aluminio argentinos representan únicamente 0,6% de las importaciones de estos artículos en Estados Unidos, pero sí se traducen en una cifra elevada para el sector en Argentina, de 700 millones de dólares anuales. Por su parte, las exportaciones de Brasil por estos conceptos equivalen a 14% de las importaciones estadounidenses.

Desde ese entonces tanto el peso argentino como el real brasileño han perdido valor. En el último mes, el real perdió más de 5% de su valor frente al dólar, mientras que el peso argentino sufrió una devaluación de 35% después de las primarias de agosto. En este sentido, Trump reclamó a la Reserva Federal que actúe para que los demás países “no se aprovechen de la fortaleza del dólar para devaluar aun más sus monedas”, porque eso dificulta la competitividad de los productores estadounidenses en la comparación con las importaciones.

Vías directas

En Argentina el anuncio de Trump tuvo como consecuencia directa una caída de 11% en la Bolsa de Buenos Aires de las acciones de la mayor productora de aluminio en el país, Aluar, que exporta a Estados Unidos 40% de su producción. “Tenemos que movernos viendo mercados alternativos”, reaccionó su presidente, Javier Madanes Quintanilla. La situación de las empresas argentinas es particularmente delicada debido al cambio de gobierno, que se concretará el martes 10.

Más temprano, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, se reunió con el canciller Jorge Faurie, ambos integrantes del gobierno saliente liderado por el presidente Mauricio Macri. Ambos reconocieron que se trata de una medida “inesperada” que el gobierno de Trump adoptó sin “ninguna señal” previa. El Ejecutivo envió a la embajada estadounidense una solicitud para mantener una conversación telefónica con integrantes del gobierno de Trump con el objetivo de revertir la medida.

Algo similar se manifestó desde Brasil: el presidente Jair Bolsonaro reivindicó que él tiene “un canal abierto” para comunicarse directamente con Trump e impulsar una nueva concesión. “El gobierno trabajará para defender el interés comercial brasileño y garantizar la fluidez del comercio con Estados Unidos”, agregó el gobierno en un comunicado conjunto de varias carteras. Además, Bolsonaro descartó que la decisión de Trump sea una “represalia” contra Brasil y subrayó que su país tiene un tipo de cambio libre y la desvalorización de la moneda se debe a “factores externos”.