Estados Unidos, Reino Unido y Australia dieron a conocer su plan de desarrollar una nueva flota de submarinos de propulsión nuclear en el marco del acuerdo Aukus, que busca contrarrestar la influencia de China en la región del Indopacífico. Reunidos en la ciudad de San Diego, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y los primeros ministros de Reino Unido y Australia, Rishi Sunak y Anthony Albanese, presentaron el lunes la iniciativa.

El pacto Aukus (que toma su nombre de las iniciales en inglés de Australia, Reino Unido y Estados Unidos) fue lanzado en setiembre de 2021 para “defender los intereses compartidos” de los tres países en la región del Indopacífico. “Estados Unidos ha salvaguardado durante décadas la estabilidad del Indopacífico para enorme beneficio de las naciones en toda la región”, dijo Biden el lunes, en San Diego. Agregó que ahora, “por primera vez en 65 años”, su país compartirá con otro, en este caso Australia, la tecnología de sus submarinos de propulsión nuclear, lo que permitirá a los australianos construir sus propias naves. Antes había compartido esa tecnología con Reino Unido.

Según prevén los integrantes del acuerdo Aukus, Australia se convertirá en la próxima década en el séptimo país en contar con submarinos de propulsión nuclear. Dará así “el mayor salto” en su capacidad militar, según dijo Albanese.

Hasta ahora, según informó la BBC, los países que cuentan con este tipo de submarinos de ataque de propulsión nuclear son Estados Unidos, que tiene 68, Rusia con 29, China con 12, Reino Unido con 11, Francia con ocho e India con uno. Estos submarinos pueden permanecer bajo la superficie del océano durante meses, y así evitar ser detectados, y además son más rápidos y tienen mayor capacidad de almacenar armas que naves anteriores.

En el marco del acuerdo, Australia le comprará a Estados Unidos tres submarinos durante la década de 2030 y podrá adquirir dos más si lo considera necesario. El proyecto incluye también el desarrollo de submarinos con tecnología estadounidense por parte de Australia en la década de 2040, y por parte de Reino Unido en la de 2030. Esas naves serán llamadas SSN-Aukus.

Según informó la agencia de noticias Efe, la idea de los tres aliados es que las marinas de sus países puedan operar cualquiera de los submarinos, comunicarse usando la misma tecnología e intercambiar componentes. “Por primera vez, tres flotas de submarinos podrán trabajar juntas tanto en el Atlántico como en el Pacífico, haciendo que nuestros océanos sigan siendo prósperos y libres durante décadas”, dijo Sunak en San Diego, donde se encuentra una de las principales bases militares de la Flota del Pacífico de Estados Unidos. A su vez, Albanese afirmó que este acuerdo abrirá “nuevas fronteras” para los tres países, con el deseo de garantizar un “futuro próspero y de paz”.

Días antes del anuncio oficial, esta iniciativa ya era discutida en Australia, que tiene previsto invertir en este proyecto un mínimo de 100.000 millones de dólares australianos, algo más de 66.000 millones de dólares estadounidenses. El ministro de Defensa de ese país, Richard Marles, dijo la semana pasada al Parlamento que las misiones de los submarinos dependerán de los intereses de Australia y que tendrán como objetivo mantener la paz y la estabilidad en la región.

A su vez, el asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, dijo el lunes que el acuerdo no está dirigido contra ningún país, y que se propone mostrar el compromiso de Estados Unidos con el Indopacífico.

El Aukus según China

Frente al anuncio, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, dijo en conferencia de prensa que la iniciativa implica “un grave riesgo de proliferación nuclear”. Afirmó que “el programa de submarinos nucleares del Aukus derrocha mentalidad de Guerra Fría y sólo servirá para alimentar una carrera armamentística, socavar el sistema de no proliferación nuclear internacional y dañar la paz y la estabilidad regional”. Agregó que la “declaración conjunta de Estados Unidos, Reino Unido y Australia demuestra que los tres países [...] caminan cada vez más por el camino del error y el peligro”.

También la misión china ante la Organización de las Naciones Unidas cuestionó este acuerdo y manifestó que “la ironía del Aukus es que dos países nucleares que dicen mantener los máximos estándares nucleares están transfiriendo toneladas de uranio enriquecido de nivel armamentístico a un país sin armas nucleares, claramente violando el TNP [Tratado sobre la No Proliferación de Armas Nucleares]”.

Apenas se creó la alianza Aukus, el ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, dijo que ese acuerdo va “en contra del espíritu de paz para los países de esa región”, y añadió: “El verdadero objetivo de la estrategia de Estados Unidos en el Pacífico es establecer una versión de la OTAN. Esta es una región que quiere desarrollo y cooperación, no es el tablero de una partida de ajedrez. China rechaza cualquier intento de crear círculos de influencia”.

El ministro australiano de Defensa respondió que el pacto de seguridad no contraviene los tratados internacionales contra la proliferación de armas nucleares. Agregó que Australia “no tiene intención de operar con armas nucleares” desde suelo australiano y que mantiene su compromiso de respetar el Tratado de Raratonga, que establece una zona libre de armas nucleares en la región del Pacífico.

El director general del OIEA, Rafael Grossi, dijo que los acuerdos vigentes permiten a Australia utilizar material nuclear para la propulsión de submarinos siempre que esté bajo control del OIEA. Manifestó que será “necesario un acuerdo eficaz” para que el organismo controle este proceso y garantice “que de este proyecto no se deriven riesgos de proliferación”. El OIEA deberá “hacerse responsable de cada gramo” de uranio enriquecido que Australia reciba de Estados Unidos y de Reino Unido para la fabricación de los submarinos, agregó.

Críticas y defensa

Las críticas al pacto Aukus llegaron también desde otros países. El martes el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, dijo que “con la creación de bloques como Aukus y el avance de las estructuras de la OTAN hacia Asia el mundo anglosajón declara que se prepara seriamente para una confrontación de muchos años”. Por su parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, se refirió directamente al plan de desarrollar submarinos nucleares y dijo que “surgen muchas preguntas vinculadas al problema de la no proliferación”.

La iniciativa también fue cuestionada en Australia. El ex primer ministro laborista Paul Keating la calificó como un error y consideró que amenaza la seguridad en Asia, al tiempo que supedita a su país a Estados Unidos y Reino Unido.

En declaraciones al diario The Guardian, la ministra de Relaciones Exteriores australiana, Penny Wong, dijo que está “muy claro” que su país que no está comprando armas nucleares y que “la motivación de Australia es la paz”. También Albanese negó que su país busque un enfrentamiento con China. Sin embargo, señaló que desde la década de 1990 China ha emprendido el mayor gasto militar en el mundo desde la Segunda Guerra Mundial, y agregó: “Quiero buenas relaciones. Pero quiero buenas relaciones basadas en nuestros valores, y no renunciaré a esto. Y la verdad es que Australia y China tienen sistemas políticos muy diferentes y valores muy diferentes”.