El viernes la asociación Eduy21 lanzó públicamente el proceso de elaboración de la “Hoja de ruta para el cambio educativo”, y el sábado ya comenzaron las reuniones de los grupos de trabajo en el marco de ese proceso. Uno de los fundadores de la asociación, el coordinador del Programa de Innovación y Liderazgo en Currículo, Aprendizaje y Evaluación de la Oficina Internacional de Educación (OIE) de UNESCO, Renato Opertti, explicó a la diaria que el objetivo es contar, a fin de año, con una “propuesta educativa íntegra, sobre todo el sistema, para plantear una serie de cambios en la perspectiva de la década 2020- 2030”. El viernes, durante el lanzamiento, figuras de distintos partidos políticos manifestaron su adhesión a la propuesta, aunque no había nadie del Poder Ejecutivo.

El conocido como “libro blanco” tendrá cinco capítulos. En primer lugar, una discusión en profundidad sobre “el para qué y por qué de la educación; qué tipo de educación queremos o necesitamos para la sociedad que queremos construir, para la ciudadanía que queremos forjar y para la persona que queremos que se desarrolle”. En el segundo capítulo, una propuesta sobre a qué tipo de sistema educativo se debe apuntar, y sobre esta discusión Opertti planteó algunos elementos: “Cómo fortalecer el liderazgo político de la política educativa, repensar la relación del Codicen [Consejo Directivo Central de la Administración Nacional de la Educación Pública] y el Ministerio de Educación y Cultura; fortalecer la intervención del Parlamento en las propuestas fundamentales de la educación; conformar consejos educativos que tengan mucha capacidad técnica profesional de ejercer la política y repensar a su vez la relación entre el Codicen y los consejos desconcentrados”, y, por último, dar a los centros educativos “autonomía, libertad y la responsabilidad de la rendición de cuentas para que tengan mayor capacidad de incidir en la educación, administrar los recursos y definir la propuesta educativa”.

El tercer capítulo tendrá que ver con las metas a alcanzar, y Opertti planteó algunas: la universalización de la educación inicial desde el nacimiento hasta los seis años, en el marco de una política social de infancia; la universalización de la educación básica entre los cuatro y 15 años -edad en la que, actualmente, “está el principal cuello de botella del sistema educativo”, según el sociólogo- y la conformación de una propuesta curricular unitaria para este tramo etario; unificar la educación secundaria y técnica en un tronco de “educación de jóvenes”, para quienes tienen entre 15 y 18 años, y también la “mejora sustantiva de la adquisición de competencias en diferentes áreas”, como lengua, matemáticas, ciencia, tecnología y educación ciudadana. En cuarto lugar, el libro blanco incluirá un capítulo con propuestas y estrategias concretas para cumplir con los objetivos marcados. Entre ellas, Opertti mencionó la incorporación de temas transversales en la currícula desde la educación inicial, como la educación inclusiva, la educación para la ciudadanía, la educación para el desarrollo sostenible, la incorporación del lenguaje de programación y la perspectiva de género. Otra de las propuestas es el marco curricular común, que abarque desde la educación inicial hasta la educación de jóvenes, y la creación de un sistema nacional de evaluación y desarrollo curricular. También mencionó la dignificación de la formación y la carrera docente, “pasando de un sistema de evaluación docente basado en la antigüedad a uno basado en criterios de excelencia”, y enfatizando cuáles son las competencias de un buen educador.

El quinto y último capítulo buscará definir qué instrumentos y recursos se necesitan para alcanzar las metas. Esto implica, detalló Opertti, un anteproyecto de ley de educación (para plasmar los cambios que se propongan sobre el gobierno de la educación), un anteproyecto de presupuesto quinquenal 2021-2025 (“no dar más para hacer más de lo mismo, sino dar más para hacer algo distinto”, resumió), un anteproyecto de estatuto docente, nuevas regulaciones de funcionamiento de los centros educativos, de las inspecciones, y la reconfiguración del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (Ineed), para que no sea sólo una agencia de evaluación curricular sino también una fuente de recursos de desarrollo curricular.

El sábado se pusieron en marcha seis grupos, que generarán, de aquí a julio, documentos que serán insumos para el libro: Currículum y pedagogía, coordinado por Ricardo Vilaró; Evaluación educativa, coordinado Pedro Ravela; Formación y carrera docente, coordinado por Denise Vaillant; Recursos, inversión y presupuesto, coordinado por Rafael Mantero; Gestión de centros educativos, coordinado por Pablo Cayota, y, por último, Dimensión educativa de la educación, coordinado por Rudyard Pereyra.

“Nosotros no decimos que está todo bien ni que está todo mal, sino que hay cosas que fortalecer y ampliar”, aseguró Opertti, quien, sin embargo, fue claro en el sentido de que el cambio educativo sólo puede darse “si se cambia la estructura del sistema, no se puede fortalecer con la estructura actual”. El sociólogo aseguró que este proceso es abierto, y afirmó que como asociación son “muy celosos de integrar diversas visiones”. Insistió en que la asociación no tiene color político pero sí “finalidad política”, y apuntó a que los partidos políticos “se adueñen de las propuestas”. Opertti aseguró, además, que la iniciativa es honoraria, y que se está apelando a captar socios para que sea la ciudadanía “la que financie este proyecto”.