El ex presidente argentino Eduardo Duhalde anunció ayer en la ciudad de Mar del Plata que si hay internas del Partido Justicialista (PJ), él competirá en ellas, y anunció ante periodistas: “Le voy a ganar a [el ex presidente Néstor] Kirchner”. Las palabras de Duhalde fueron dichas al día siguiente de que la presidenta Cristina Fernández presentara un proyecto de reforma electoral que propone elecciones internas abiertas, obligatorias y simultáneas en Argentina. Fernández dio a conocer en la noche del miércoles esta propuesta en un acto en el Salón de las Mujeres del Bicentenario, en el que no participó la oposición, contraria a la iniciativa.

El proyecto propone definir en internas los candidatos a presidente, vicepresidente, diputados y senadores de cada partido. Establece un mínimo de 3% del padrón electoral en la provincia en la que compite para que un partido pueda postularse a las elecciones nacionales. Exige, además, una cantidad mínima de afiliados a los partidos, que debería superar el 1 por mil del padrón general de electores.

“Quieren imponer un bipartidismo entre el PJ y la UCR [Unión Cívica Radical] y borrar así a las pequeñas fuerzas que surgen”, criticó el diputado electo Fernando Pino Solanas, de Proyecto Sur. La oposición asegura también que la iniciativa tiene como fin primordial favorecer el posicionamiento del ex presidente Kirchnner en las elecciones de 2011. Considera que el oficialismo apuesta a que un triunfo de Kirchner en la interna del PJ elimine de las elecciones al llamado “justicialismo disidente”.

En respuesta a estas acusaciones, la presidenta aludió a la reforma introducida en 1994, por la cual este tipo de reformas requiere una mayoría calificada -la mitad más uno de los votos- en ambas cámaras del Congreso. La actual composición parlamentaria aleja al oficialismo de esa proporción y lo obliga a acordar con otros sectores para que la iniciativa prospere.

Desde la Coalición Cívica hubo un apoyo condicionado al planteo oficialista. La diputada Patricia Bullrich expresó la disposición de su partido a acompañar la propuesta. Sin embargo, Bullrich cuestionó, en declaraciones al diario La Nación, lo que consideró un excesivo apuro del oficialismo por convertir el proyecto en ley. Si la intención del gobierno es promover un “trámite express” en el Parlamento, dijo, ella votará en contra.

Esta reforma también propone nuevas normativas acerca de la duración y el financiamiento de las campañas. Uno de estos puntos, la prohibición de difundir encuestas que proyecten los resultados de la elección 15 días antes de que se vote, recibió el rechazo de las consultoras de opinión encargadas de realizar esos sondeos. El director de Poliarquía, Alejandro Catterberg, dijo al periódico que “la medida es un peligro porque, en el fondo, es contra los medios más que contra las encuestadoras”. Su competidor Manuel Mora y Araújo dijo respecto de este punto que esas restricciones “son tonteras que no van a tener efectos en la práctica”.