Luego de lograr, el fin de semana, que la cámara alta finalizara el debate de la reforma por 60 votos contra 40 -lo mínimo necesario para seguir adelante con el debate-, ayer se realizaron las enmiendas acordadas al texto original para preservar el apoyo de los 60 senadores demócratas, con lo que la aprobación de la reforma sanitaria impulsada por el presidente Barack Obama parece inminente.

La victoria de la iniciativa de la fuerza oficialista se explica con estas concesiones, ya que algunos senadores no estaban del todo de acuerdo con el texto inicial. Es el caso del senador Ben Nelson, que argumentaba que el proyecto era demasiado permisivo con el aborto. Una de las modificaciones, realizada por el responsable de todas las enmiendas, el líder de la mayoría demócrata Harry Reid, implica la restricción casi total del uso de fondos públicos para la interrupción voluntaria del embarazo, según informó The New York Times. Otra de las modificaciones es la eliminación de la creación de un seguro público, que compitiera con los privados. También se incluyó una modificación que permitirá a las aseguradoras privadas ofrecer planes de cobertura nacional, ya que hasta ahora están limitadas por las regulaciones de cada estado, señala EFE.

También se realizaron otras enmiendas puntuales para algunos estados, que estuvieron fomentadas por sus senadores. El paquete total de modificaciones planteado por Reid, quien pidió antes de la votación que se dejen de lado los ataques personales, suma 400 páginas, apunta The Washington Post.

Uno de los principales argumentos de los opositores republicanos es el esgrimido por el senador Mitch McConnell: “Los estadounidenses ya han emitido su veredicto: no la quieren”, refiriéndose al descenso de popularidad de la reforma desde que se discute en el Congreso. Según una nueva encuesta publicada ayer por la agencia Bloomberg, la mayoría de los votantes estadounidenses (53%) desaprueba la reforma, mientras que sólo 36% la aprueba; también la mayoría, 56%, reprueba la gestión de Obama respecto de la reforma desde que está en el Congreso, frente a 38% que sí la aprueba.