Los 187 años de la independencia de Brasil encontraron a su presidente rodeado de un despliegue militar acorde a sus planes de firmar el mayor acuerdo en el área de defensa nacional que conozca la historia reciente del país. Junto con su esposa, Marisa Letícia, con la banda presidencial puesta y escoltado por el cuerpo de caballería de los Dragones de la Independencia, Lula llegó a la tribuna de honor del desfile militar organizado en Brasilia, en la Explanada de los Ministerios. Allí esperó al mandatario francés. Minutos después, Nicolas Sarkozy se reunió con su anfitrión, señalaron las crónicas de medios brasileños y agencias de noticias.

En la explanada desfilaron integrantes de las Fuerzas Armadas y la Policía Federal brasileñas, así como la banda de la Marina de Francia, un regimiento de la Guardia Republicana de ese país y otro de la Legión Extranjera, reportó EFE. Lula y Sarkozy vieron juntos los dibujos con humo verde y amarillo que hicieron en el cielo los aviones de la Escuadrilha da Fumaça, pero el centro de su agenda era la firma de un acuerdo en materia de defensa en el que Brasil invertirá unos 12.000 millones de dólares. El convenio apunta a la construcción de cinco submarinos, uno de ellos nuclear -algo que no tiene otro país de América del Sur-, además de la transferencia tecnológica en varios rubros, la construcción de un astillero y la infraestructura para fabricar 50 helicópteros. La administración Lula también negocia la compra de 36 aviones de combate a una empresa de Francia, y el gobierno de este país aseguró que si se cierra el trato, Brasil tendrá libertad para venderlos en la región, informaron ANSA y EFE.

La Amazonia y las reservas de crudo en la plataforma marítima brasileña fueron presentadas como motivos para esta inversión en defensa, informó el diario Folha de São Paulo. “Vamos a producir equipamiento que refuerce la capacidad tecnológica de Brasil para proteger y fortalecer sus riquezas naturales. Ése es un componente esencial de la estrategia de defensa que mi país aprobó”, dijo Lula, según reprodujo el periódico.

Los dos mandatarios declararon su aspiración de convertirse en “socios estratégicos en el dominio aeronáutico”. Sarkozy calificó a Brasil de “socio obligatorio” y Lula señaló que su país y Francia se proponen “crear, construir y vender mucho juntos”. El presidente francés había destacado la importancia de Brasil en el mundo al declarar que el G8 (los siete países más desarrollados y Rusia) debe dar lugar al G14, que incluya también a la patria de Lula, a India, China, México, Sudáfrica y Egipto. Ayer Sarkozy agregó: “No puede ser que en el G8 inviten a Brasil a un desayuno al tercer día de reuniones”.

Durante el encuentro en Brasilia también se habló de deporte. Lula le regaló a su colega una camiseta de la selección de fútbol brasileña, y los dos mandatarios se prometieron respaldo en otros frentes: para que Río de Janeiro se convierta en la sede de los Juegos Olímpicos de 2016 y Francia albergue unos Juegos Olímpicos de invierno.