”Hay cosas que están en marcha y otras que no se han podido hacer pero están a la vista”, señaló Vaz respecto de la transición que se efectivizará en marzo próximo. Para el canciller lo esencial es que el ministerio, entendido como “instrumento” del Estado, funcione de la “mejor manera” posible. “La dirección está muy clara”, dijo, y “pasa por perfeccionar los instrumentos técnicos y la profesionalización de los cuadros”, cosas que “no se logran en un día”. El mandatario sostuvo que la idea es que “entre el 28 de febrero y el 2 de marzo las diferencias sean simplemente las personales y la institución siga caminando sin ningún inconveniente”.

Dentro de la transición que se dará en esta cartera, una de las prioridades es el diferendo generado con Argentina por la instalación de la pastera en el río Uruguay. “Por definición decimos que el fin del bloqueo está próximo, siempre”, afirmó Vaz, que también expresó que le gustaría que el fallo de la Corte Internacional de La Haya (previsto para los primeros meses de 2010) sirva como “catalizador para que la situación se resuelva”. En este sentido, negó un posible acuerdo entre Mujica y la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, para solucionar el conflicto, pero confirmó que existió un contacto entre el futuro mandatario uruguayo y los ambientalistas de Gualeguaychú, como trascendió en los últimos días.

Con respecto a esto comentó que “es uno de los tantos esfuerzos que se está haciendo para llevar adelante el tema a una buena solución”, aunque advirtió que “hay que ser cuidadosos”, ya que se trata de un asunto “extremadamente complejo”, que ha logrado “extenderse en el tiempo”. De todas maneras, el ministro señaló que para Uruguay los actores centrales son “los gobiernos los dos países”, cuya relación “tiene dirección y densidad clara”. Además, aclaró que el conflicto “siempre” está en las conversaciones con las autoridades del país vecino.

La verdad Patiña

El encuentro con el canciller se extendió durante una hora y media. La relación con Argentina ocupó buena parte de la mañana (lo cual incluso motivó un relativo malestar del jerarca), en especial los recientes acontecimientos con el embajador Hernán Patiño Mayer. Consideró que la columna del diplomático en el periódico Perfil fue “de opinión” y sostuvo que “no le corresponde” al ministerio hacer una evaluación sobre esta clase de artículos. Consultado sobre si el escrito violó la Convención de Viena, Vaz fue tajante: “No llegamos a ese análisis; si hubiéramos concluido eso, la actitud hubiera sido diferente”.

Sin embargo, admitió haber tenido un “contacto, reiterado y profundo”, “antes y después de la reunión” que mantuvo el martes con los senadores de Alianza Nacional, Jorge Larrañaga y Sergio Abreu, en la que éstos habían exigido su renuncia. Vaz también dijo que a su parecer ninguno de los embajadores que estaban en el NH estaba realizando “campaña política”, por lo que consideró que sus conductas no violaban la Convención de Viena. “Si me hubieran llamado a sala hubiera dicho eso”, explicó a la diaria.

Mercosur bolivariano

“No es bueno dejarse llevar por el pesimismo ni por el optimismo excesivo”, dijo el canciller acerca de la situación actual del Mercosur, a la que definió como un “proceso dinámico, de negociación constante”. Entre los obstáculos principales que el bloque debe enfrentar destacó la necesidad de “llevar a la práctica decisiones que ya existen” pero que “no se han podido hacer realidad”, como “evitar el doble cobro del arancel externo común”. También subrayó la necesidad de “igualar condiciones” entre los Estados miembros ante las posibles inversiones extranjeras (las famosas asimetrías) y de “aprovechar las oportunidades que permitan que el Mercosur no sea una fortaleza cerrada sino el punto de partida para todos los países miembros”.

Si bien no concurrió al Palacio Santos, el ex presidente Julio María Sanguinetti también estuvo presente en el desayuno, también gracias a una columna de opinión publicada en un medio argentino.

En su caso fue en La Nación el 26 de diciembre. En ese artículo hizo referencia a la posibilidad “particularmente grave” de que Venezuela ingrese al Mercosur, cuya “esencia” es la “libre circulación de bienes y servicios”, conceptos que para el dirigente colorado son poco afines al “socialismo del siglo XXI” que promueve el presidente Hugo Chávez. Según Sanguinetti, la integración de Venezuela al Mercosur “mostrará” al mundo “lo peor del feo rostro de América Latina”.

En respuesta, Vaz sostuvo que “el Mercosur es una estructura con sus propias normas y dinámica”, por lo que “los países que son miembros deben someterse a ello”. Tras preguntarse qué consecuencias podría tener el ingreso de Venezuela, sostuvo que “hay que pensarlo en términos de complementariedad”, pero además tendrá que respetar, al igual que los demás Estados, las normativas.

El ministro también se refirió al posible acuerdo comercial entre el Mercosur y la Unión Europea, y admitió que “no es un factor menor” para que éste se concrete el hecho de que la presidencia de la Unión Europea esté a cargo de España. Si bien subrayó que se trata de un convenio “enormemente complejo”, concluyó que Uruguay considera “fundamental”, “factible” y “positivo para todas las partes”.