El juez haitiano Bernard Sainvil estaba listo para firmar la puesta en libertad de los diez estadounidenses detenidos en Haití por intentar trasladar a 33 niños a República Dominicana, cuando medios estadounidenses informaron que uno de los asesores legales del grupo, Jorge Puello, es investigado en El Salvador como sospechoso de tráfico de personas.

Luego de conocer esta información, Sainvil, que no había encontrado intenciones criminales en el grupo, reconoció a la agencia de noticias Reuters que ahora tendrá “que profundizar un poco la investigación” y dijo que intentará verificar si había una conexión anterior entre Puello y Laura Silsby, líder del grupo estadounidense.

Silsby declaró a Reuters que ella nunca había tenido contacto con el asesor hasta hace una semana y explicó que él fue quien se contactó con ellos, sus familias y la iglesia baptista a la que pertenece la mayoría de los integrantes del grupo, para ofrecerles sus servicios de forma gratuita.

En El Salvador, Puello tiene una orden de captura en su contra y es sospechoso, junto con su mujer, procesada con prisión, de dirigir una red de tráfico de personas. De acuerdo a la cadena estadounidense CNN, esa organización engañaba a niñas y mujeres de América Central y el Caribe a las que prometía llevar a El Salvador para ser modelos, pero las obligaba a integrar una red de prostitución.

Primero, Puello negó haber estado en El Salvador y aseguró que era una confusión de identidades, pero luego reconoció que se presentaron esos cargos en su contra. En entrevista telefónica con la agencia de noticias Associated Press, dijo que era inocente y señaló que sólo quiso ayudar a mujeres que habían sido abandonadas, enviándolas de vuelta a sus hogares.

El propio Puello dijo a CNN que también es buscado en Estados Unidos, donde tiene emitidas dos órdenes de arresto, por contrabandear personas entre Canadá y Estados Unidos, caso en que también se declara inocente. El paradero actual de Puello es desconocido. Uno de los abogados del grupo, Aviol Fleurant, dijo desde Puerto Príncipe que había desaparecido con “30.000 dólares que estaban destinados a pagar a los abogados” haitianos.

Lo que sí apareció en la capital haitiana es la posibilidad de que el gobierno deje de trabajar disperso en diferentes oficinas, como ha ocurrido desde que el Palacio Presidencial y la Asamblea Nacional fueron destruidos. El gobierno canadiense anunció el lunes que colaborará en este sentido.

El primer ministro de Canadá, Stephen Harper, de visita en Haití, dijo que su país donará doce millones de dólares para construir la Base Administrativa Gubernamental Temporal, una construcción que durará un año y será formada por campamentos con módulos prefabricados y estructuras inflables, informó BBC. Además, proveerá a esta base gubernamental de equipamiento de oficina, con sistemas de ventilación y con instalaciones sanitarias.

Mientras tanto, nuevos temblores sísmicos de poca intensidad se suceden desde el fin de semana en Cabo Haitiano, al norte del país, que, combinados con fuertes lluvias y deslizamientos de tierra, causaron el derrumbe parcial de una escuela, en horario de clase, el lunes. Murieron cuatro niños y otros tres están heridos, informó la agencia de noticias EFE, mientras los cascos azules de Naciones Unidas intentaban rescatar a los alumnos que quedaron atrapados bajo los escombros.

Cabo Haitiano es la segunda ciudad en importancia del país y, según especialistas locales, está bajo riesgo de terremoto, aunque es imposible definir cuándo ocurrirá.