Lavalleja es uno de los departamentos tradicionalmente nacionalistas: en noviembre fue la jurisdicción donde la fórmula blanca le ganó con más ventaja a la frenteamplista. Ayer la diputada Adriana Peña (Alianza Nacional) realizó en Minas el lanzamiento de su campaña de cara a mayo, proponiendo, de forma similar que José Mujica a nivel nacional, acordar una serie de políticas de Estado con el resto de los candidatos municipales. El viernes, por su parte, el candidato frenteamplista Daniel Ximénez también dio el puntapié inicial a su campaña pero en la localidad de Varela, para “dar una señal” hacia el interior profundo del departamento.

La empresa parece difícil, y desde el FA local se reclama a la Mesa Política Nacional mayor atención al departamento durante la campaña. En octubre los blancos obtuvieron el 41,66% de los votos, dejando como segunda fuerza al FA con 30,75% y en tercer lugar al Partido Colorado (PC) con 22,38%. El Partido Independiente (PI) recibió el 2,22%, mientras que Asamblea Popular arañó un 0,27%. Para Ximénez, un frenteamplista independiente que fue director del hospital público de Lavalleja durante los últimos cinco años, en estas elecciones “no se trata de achicar la brecha” con el Partido Nacional (PN), sino que la expectativa es que “se puede ganar”.

Al igual que el FA, el PI se presenta con candidato único (Juan José Correa), y también lo hace AP, que postula al periodista Efraín Chury Iribarne, de la radio Centenario. En el PN, el ex intendente Óscar Ximénez es el candidato de Correntada Wilsonista, y en el PC se postulan Robert Bouvier, de Vamos Uruguay, y Gustavo Risso Singlan, de la agrupación Uruguay es Posible.

Viento en la blusa

Peña señaló que los lineamientos básicos de su campaña serán promover la transparencia y cristalinidad en las cuentas públicas, fomentar la descentralización a través del Presupuesto Participativo y la integración de siete juntas locales, y la creación de una agencia de desarrollo territorial, para promocionar el desarrollo de emprendimientos agropecuarios, mineros y turísticos. Pretende acordar con todos los candidatos a la intendencia líneas comunes en materia de desarrollo económico y transparencia, temas en los cuales a su entender “debería haber continuidad” entre los sucesivos gobiernos.

Para la diputada, que fue secretaria general de la Intendencia de Lavalleja desde 2000 a 2005, la comuna “está un poco desordenada, necesita un golpe muy grande en cuanto a coordinación y organización”, y si bien señala que la gestión de su correligionario Herman Vergara fue “austera”, le “habría gustado que tuviera más iniciativa para potenciar y aumentar el desarrollo del departamento”. Sobre las diferencias con su competidor nacionalista, que fue intendente hasta febrero, Peña dice que radican en la forma de ejercer el cargo: “Yo soy muy componedora, jamás le pregunté a un funcionario municipal de qué partido era; en cambio, ahora está muy politizada la intendencia”.

La diputada de Alianza Nacional recibe el apoyo de once listas nacionalistas, entre ellas, tres de Unidad Nacional (Una): la 5, la 72 y la 400 de Luis Lacalle Pou, aunque Correntada Wilsonista es parte de Una. Si bien señaló que faltan dos meses para las elecciones y que “en dos meses se puede ganar o se puede perder”, Peña cree que el PN es “ampliamente ganador” en el departamento y que dentro de él los sectores que la apoyan están “bien posicionados”.

“Junto con Ana Olivera, que ella sí tiene más seguridad, seríamos las primeras mujeres intendentas de la historia del país”, deslizó.

Desde el FA se enfatiza que “el verdadero cambio” es Daniel Ximénez, porque Peña ya fue parte de la administración municipal, durante el primer período de gobierno de Vergara. “Queremos instalar un modelo de gestión diferente, con énfasis en los recursos humanos y en cortar con el clientelismo”, afirmó el candidato frenteamplista, y agregó que se apuntará a los pueblos del interior profundo del departamento, donde, según dijo, hay gente que no está conectada con la capital, Minas. Para Ximénez, en muchos de esos pueblos “faltan espacios verdes, acceso a la cultura o sitios de recreación, y entonces es muy difícil que la gente se radique allí”.