Un vendedor ambulante, veterano de Vietnam, avisó a la Policía de Nueva York que salía humo blanco de una camioneta Nissan estacionada en Times Square. Funcionarios policiales se acercaron, vieron un paquete en el asiento de atrás y verificaron que la matrícula no coincidía con el modelo del auto que figuraba en sus registros. Esto despertó sospechas suficientes como para que decidiera cerrar las calles que desembocan allí, entre ellas la avenida Broadway, y evacuar la zona. Un equipo antibombas llegó al lugar y envió un robot a desarmar el paquete, que resultó ser una bomba potente, aunque hecha por “aficionados”, informó la agencia de noticias EFE sobre la base de comunicados de la Policía.

Éste se está considerando un “potencial caso de terrorismo”, indicó la secretaria de Seguridad Interna estadounidense, Janet Napolitano. Poco más tarde fue reivindicado por el talibán paquistaní (Tehrik-e-Talibán Pakistán), que publicó en su página web que lo organizó para vengar la muerte de dos jeques musulmantes asesinados por militares estadounidenses, entre otros “mártires”.

Sin embargo, el jefe de la Policía de Nueva York, Raymond Kelly, señaló a la agencia de noticias Reuters que no hay pruebas de que ese grupo sea responsable del supuesto intento de atentado. También un oficial paquistaní consultado por la cadena CBS News, que no reveló su identidad, restó importancia a la reivindicación del supuesto ataque y dijo que no hay medios para creer que “el talibán tiene capacidad para cometer un ataque como éste en el corazón de Estados Unidos” y que “reivindicar es mucho más fácil que acometer en la vida real”.

La Policía busca a un hombre blanco de unos 40 años, informó el diario español El País, que se sospecha que puede haber estacionado la camioneta en Times Square, e investiga la posibilidad de que el ataque tenga alguna relación con las amenazas a los creadores de la serie animada South Park, ya que el explosivo estaba cerca de la empresa propietaria del canal que emite la serie. En un capítulo de South Park emitido en abril aparece Mahoma disfrazado de oso, un recurso para evitar mostrar su imagen, porque hacerlo es considerado ofensivo por los musulmanes. Días después, una web radical islámica advirtió a los creadores de la serie que “podrían terminar como Theo van Gogh”, un director de cine holandés que hizo un documental sobre el trato de la mujer en la sociedad musulmana, y fue asesinado en 2004.