El resultado electoral del 9 de mayo constató, según la senadora, que el FA “pierde votos cuando las elecciones tienen un fuerte componente local”, y la pérdida de cuatro intendencias se explica, entre otras cosas, por el “voto rosado” y los efectos negativos de las múltiples candidaturas -que implican menos recursos para la campaña del “candidato natural”, si es que hay-.

La senadora opinó que en Montevideo, en particular, los votos en blanco y anulados, que alcanzaron el 13,8%, “expresan un malestar con el Frente por la forma en que se procedió, por cierto cansancio de la gestión en Montevideo o por un malestar con el Frente en su conjunto, que se puede expresar en el voto municipal, porque la elección en Montevideo ya se daba por ganada y el votante montevideano es el más protestón”. Con este panorama, el FA debería ingresar en una etapa de renovación, “porque si un partido no se transforma a sí mismo es transformado de afuera”, advirtió, y puso como ejemplo más claro la transformación experimentada “desde afuera” por el Partido Colorado.

Moreira consideró que para evitar esa situación el primer desafío del FA es hacerlo desde adentro y a fondo. “Si simplemente va a ser un proceso de explicación de lo que pasó y de mejorar la fluidez entre dirigencia, bases, gobierno y partido, dirigido por sus mismas elites y aparatos dirigentes, al cabo de cuatro meses no habrá cambiado mucho; simplemente nos sentiremos más tranquilos y el FA continuará en su proceso de desmovilización de siempre, porque la clave para impulsar un proceso de transformación ahora es que tenés a la gente todavía movilizada”, opinó.

La senadora sostuvo que para que eso no suceda deben existir “espacios amigables” de debate para los frenteamplistas independientes, “que no están dentro de ningún sector ni van a reflexionar dentro de ningún sector”, dijo. “Lo primero es reivindicar que la discusión del FA no la hagan sólo los grupos”, agregó. De hecho, Moreira aseguró que en su opinión el análisis “tiene que estar en manos de otros que no sean los cabezas de lista”. “No podemos estar los mismos de siempre, tienen que estar otros, porque si no sería reproducir más de lo mismo”, aseguró.

Desde la cabeza

Como propuesta, la legisladora consideró que se podría comenzar por elegir “una fórmula” para la presidencia y la vicepresidencia del FA, que “quedó pendiente” desde el Congreso de abril de 2008. “Creo que tenemos que terminar con un proceso de recambio de las dirigencias, no porque por sí solos operen como modelo de cambio, sino porque quedó pendiente. Iniciar un proceso de discusión que termine con un recambio de las dirigencias, que puedan ser lo más consensuadas posible, me parece que es lo deseable”, expresó quien fuera propuesta en 2007 por José Mujica para ejercer la presidencia del FA.

Ella considera que deberían ingresar a esos puestos “personas de conocida trayectoria política, que generen consenso para la inmensa mayoría de los frenteamplistas y dispuestas a trabajar incansablemente por la unidad del colectivo”, y propone a título personal a la ex senadora Margarita Percovich para asumir la presidencia de la fuerza política. Moreira sostiene que la ex senadora de la Vertiente Artiguista puede ejercer “un liderazgo de articulación que genere confianza, de trabajo con las bases, con la dirigencia, de diálogo a todos los niveles, con el gobierno y sus alas ejecutiva y legislativa, con los comités de base, con la sociedad civil, que tenga capacidad de articular los distintos intereses, que tenga capacidad de oír”.

El nombre de Percovich será parte de su propuesta en el marco de la reflexión interna del Espacio 609, que comenzará en los próximos días. Los méritos que ve Moreira en la figura de Percovich incluyen su trabajo en la bancada bicameral femenina. “Mujica ahora está con el tema de los acuerdos interpartidarios, que a mí me parece bárbaro, pero los primeros acuerdos interpartidarios que se hicieron después de la Conapro [Concertación Nacional Programática] fueron en la bancada femenina, para impulsar leyes que defiendan los intereses de las mujeres más allá de fronteras partidarias. La práctica de negociación que implica coordinar esas actividades muestra un estilo de hacer política que es el que yo quisiera ver en el FA”.