El gobernante Partido de la Liberación Dominicana (PLD), del presidente Leonel Fernández, esperaba ayer retener y aumentar sus mayorías parlamentarias en unas elecciones que estuvieron marcadas por la decisión de varios candidatos de cambiar de partido y por más de un episodio de violencia.

En estos comicios, obtener una banca tuvo un interés adicional. Un cambio constitucional estableció el objetivo de unificar las elecciones parlamentarias con las presidenciales de 2016, y para ello se dispuso que los senadores y diputados electos ayer mantendrán sus cargos por un período de seis años, en lugar de cuatro, informó la agencia de noticias EFE. Lo mismo se aplicaría a los cargos en las elecciones locales, a quienes fueran electos en los ayuntamientos.

Mientras que este elemento estimulaba a los candidatos a competir, la falta de elecciones internas dejó frustrado a más de uno, que se quedó sin candidatura. Fue así que comenzaron a sumarse casos de transfuguismo, de cambio de partido.

Uno de los descontentos fue el diputado Rafael Calderón, un dirigente con larga trayectoria en el opositor Partido Revolucionario Dominicano (PRD) que decidió pasarse al gobernante PLD. En cambio, Gilberto Serulle, un popular precandidato oficialista a la alcaldía de Santiago, la segunda ciudad del país, transitó el camino opuesto y se fue al PRD, informó EFE. Lo hizo porque su partido respaldó la candidatura a la alcaldía de Santiago de un dirigente del Partido Reformista Social Cristiano (PRSC), su aliado electoral, y no la suya. Los pases continuaron mientras fue posible hacerlos.

Llegado el momento de votar, el PLD intentaba retener su mayoría parlamentaria. El oficialismo cuenta con 22 de los 32 senadores de República Dominicana. Los otros se reparten en seis del PRD y cuatro del PRSC. En la cámara baja, el gobierno también tiene mayoría, con 96 diputados oficialistas contra 60 del PRD y 22 del PRSC.

Estas elecciones se veían también como una oportunidad para sondear la conformidad de los votantes con el gobierno de Fernández, quien no puede optar por una segunda reelección, pero sí puede volver a postularse si deja pasar un período de cuatro años. El presidente se mostró confiado en que su partido lograría “una hazaña única y sin precedentes” y ganaría también en las 32 provincias del país, que elegían gobernantes locales. Las encuestas de intención de voto respaldaban en parte su entusiasmo. Anoche, un sondeo a boca de urna de la firma Asisa Research Group indicaba que el PLD habría obtenido 28 de los 32 senadores, informó EFE. A los datos que anunciaban un crecimiento oficialista también en diputados y alcaldías, y que respaldaban los anuncios de triunfo del partido gobernante, se contraponían las noticias de enfrentamientos políticos durante la jornada de votación.

Tres personas murieron en distintos enfrentamientos vinculados a las elecciones, informó la agencia de noticias Reuters. Partidarios del PLD y del PRD se atacaron a tiros ayer, lo que terminó con dos partidarios de la oposición muertos. Una pelea similar causó otra muerte en la madrugada, y los partidos se acusaban mutuamente por ellas, al igual que se acusaron de corrupción durante la campaña.